A 95 horas de la desaparición forzada de ocho personas en el poblado de Xcalak, en Othón P. Blanco, Quintana Roo, autoridades de Yucatán y Fuerzas Federales auxiliaron, la mañana del sábado, en el reporte de un campesino que dio con varios cadáveres apilados en un camino de terracería en Chikindzonot.
Aunque hasta las 22 horas de ayer, en Mérida, se realizaban las pruebas de laboratorio necesarias para la identificación oficial, trascendió que son los hombres privados de la libertad en la capital quintanarroense, ya que –se dijo extraoficialmente– las características físicas y señas particulares coinciden con las de José Luis Vallalpando Pat, Heber Crecencio Landeros Vidal, Edgar Medina Romero, Flavio César Roblero García, José Ismael Dzul Chan, David Azael Pool Poot, Moisés Nicolás Cuervo y Emilio Roberto Manzano Villamil.
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Entre ambos puntos, el de la desaparición forzada y la zona del hallazgo, los responsables del crimen se movieron por 309 kilómetros, con las víctimas (la mayor parte por el Estado de Quintana Roo), sin ser detectados; pero fue hasta las 13:16 horas de ayer cuando la Fiscalía General del Estado (FGE) Quintana Roo, del Gobernador Carlos Joaquín, dijo, erróneamente, que eran seis cuerpos encontrados y que se realizaban las pruebas periciales.
Por la tarde-noche se conoció con certeza, en Yucatán, que eran ocho los victimados.
Por Esto! tuvo acceso a información confidencial que reveló que los hombres tenían entre tres y cuatro días de haber fallecido. Bajo un operativo de diversas corporaciones de Seguridad en territorio yucateco, los restos fueron llevados, en primera instancia, a los servicios forenses de Valladolid y Mérida, a donde llegarían elementos de la Fiscalía quintanarroense para colaborar en el caso.
Aunque trascendió que todos los cuerpos llegarían al Semefo de Mérida, finalmente sólo cuatro arribaron a la capital. Fuentes cercanas informaron que, en realidad, los cadáveres se llevaron a Mérida para apoyar en las necropsias a la oficina de Valladolid, debido a que no contaba con personal ni equipo suficiente para los ocho cuerpos.
Por Esto! acudió a la instalaciones del Semefo en Mérida, donde se observó poco movimiento después de la llegada de los cuerpos, alrededor de las 19:00 horas. No había un operativo especial de vigilancia en la zona y sólo una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública se apostó durante unos minutos en la salida principal.
Los guardias vigilaban el lugar como cualquier otro día y sólo había unas cuantas personas en espera de la entrega de tres cuerpos de fallecidos en las últimas horas en Mérida; pero ninguno relacionado con los cadáveres encontrados en Chikindzonot.
La FGE yucateca abrió la carpeta de investigación desde el momento que se dio aviso al número de emergencias 911, y con la solicitud de colaboración de la dependencia homóloga del vecino Estado.
De las primeras pesquisas se conoció que no se encontró alguna pista o rastro con relación a que las personas fueron ejecutadas en el lugar.
Despliegue
Debido a este hecho, poco común en Yucatán, en la región, desde temprana hora se desplegó un gran operativo de Seguridad en la zona, con la Policía Municipal de Chikindzonot, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), la Policía Estatal de Investigaciones (PEI), la Guardia Nacional (GN), así como elementos del Ejército Mexicano y la Fiscalía General, con sede en Valladolid, que encabezó las diligencias oficiales.
Los procedimientos duraron más de siete horas, tiempo en que se reconoció la zona y se realizó la inspección minuciosa del sitio para extraer los cuerpos del terreno en el poblado yucateco, que está a más cuatro de horas de distancia de Xcalak, de donde fueron privados de la libertad los cuidadores de ranchos; ocupación que se atribuye a las víctimas, cuyas edades van de los 19 a los 53 años.
Desaparecidos
El viernes se dio a conocer la desaparición forzada del grupo (aunque de acuerdo con un testigo fue la noche del jueves), de las inmediaciones de un predio de alta plusvalía conocido como Loma Bonita, donde, según fuentes militares, es una zona de frecuentes recales de droga por corrientes marinas; además que al estar cerca de la frontera con Belice, permite que los delincuentes puedan transportar dichas sustancias hacia ese país.
Un grupo de habitantes de Nicolás Bravo se presentó el viernes ante la FGE de Quintana Roo para interponer la denuncia por la desaparición de al menos tres habitantes de la localidad que se desempeñaban como cuidadores de ranchos en esa zona de Xcalak.
Según otras versiones, la desaparición habría sido el martes; el miércoles, un testigo de los hechos le contó lo sucedido a los familiares de los cuidadores y fue hasta el jueves cuando se empezó a difundir el caso.
Testimonios recabados señalaron que al menos una decena de hombres, que portaban armas de grueso calibre, arribó en camionetas a la zona de Loma Bonita para “levantar” a los cuidadores de ranchos de la zona. Lo hicieron con lujo de violencia, acusaron de manera anónima.
La Fiscalía de Quintana Roo después emitió un escueto comunicado, la tarde del viernes, en el que señaló que se inició una carpeta de investigación “por la desaparición de siete personas cuidadores de un rancho”, aunque estaban los testimonios que en total había ocho personas en el lugar.
El Fiscal Óscar Montes de Oca declaró que sólo se recibieron siete denuncias y adelantó que un cártel de la droga estaría detrás de este hecho. Aseguró, sin más detalles, que ya se tenían los datos e identidades de los presuntos responsables, por lo que esperaba que en las próximas horas se lograrían “detenciones importantes”.
La presencia del narcotráfico en ese rancho no es cosa nueva, según dijo Montes de Oca, pues en meses pasados, en esa misma área, la Secretaría de la Defensa Nacional incautó al menos 25 kilogramos de cocaína.
JG