Este 2 de noviembre las puertas del Panteón Municipal de Playa del Carmen fueron abiertas a los playenses y turistas extranjeros que arribaron al camposanto en donde se presenció que la música, el increíble remozamiento que tuvo este sitio de descanso y sobre todo la unión familiar prevaleció en los alrededores de las tumbas y nichos.
Durante este jueves, se dio a conocer que al camposanto arribaron 11 mil visitantes, siendo este día el más concurrido, ya que el 1 de noviembre hubo lluvias intermitentes y a varios trabajadores no les dieron el día como de asueto.
Los visitantes recorrieron un camino y arco de color amarillo con las múltiples flores de cempasúchil que colocaron los empleados del camposanto en la entrada de acceso del panteón municipal, seguido de una cabeza de calavera, que tenía coloridas tonalidades, velas y flores que seguían invitando a los deudos a recorrer los diferentes altares dedicados a los fundadores de Quintana Roo.
Hoy el clima fue propicio para la mayoría de los deudos que pudieron permanecer más tiempo en el panteón, ya que imperó una temperatura de 28 grados centígrados, por lo que muchos agilizaron las labores de limpieza y remozamiento a las tumbas, sin embargo, muchas ya presentan un nulo mantenimiento y algunas están rotas y se vuelven un foco de salud pública porque son posibles criaderos de moscos, ante los charcos que se forman adentro de ellas.
Ante la música de mariachi de fondo y de otras agrupaciones musicales que estuvieron entonando temas, por un valor de “100 pesitos la canción”, se encontraba la familia Morales, quienes llegaron con los nietos para enseñarles sobre la tradición de cuidar a sus familias aún después de la muerte. Guillermo Tinajero, quien es un danzante prehispánico en Playa del Carmen informó a diario Por Esto! que llegaron para darle una cara nueva a la tumba de su suegro Isidro Morales.
La familia proveniente de Ciudad de México compartió que cuidar del sitio de descanso del abuelo Isidro es parte de sus raíces y de un momento de compartir con la familia.
Mientras los pequeños pintaban la imagen del Dios Pakal “El Grande” que es una imagen que reposa en la tumba del abuelo Isidro, los integrantes de la familia Morales compartieron que cuando alguien fallece y es enterrado en un sitio, es más complicado desarraigarte del lugar, y es entonces cuando la gente empieza a generar “raíces”, ya que no sería tan fácil retornar a vivir a la Ciudad de México sabiendo que un ser querido reposa lejos.
Guillermo Tinajero mencionó que su suegro falleció hace ocho años y que después de pintar la tumba de Don Isidro, también le darán una “manita de gato” a la tumba de otro señor que es vecino del abuelo, que en vida fue barnizador, ya que está abandonada, “después que terminemos de cuidar la tumba de mí suegro, limpiaremos la del vecino, que por cierto, cuando venimos a enterrar a Don Isidro también estaban enterrando a este señor que está a su lado”, reveló.
Cabe decir que en las muchas tumbas olvidadas que no han tenido mantenimiento, se pudo que varias personas tuvieron el detalle de por lo menos dejarles una flor en este día especial.
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HS