La estudiante de una universidad de Bacalar Nina Poot, logró ingresar al programa internacional para estudiantes de la NASA. Para conseguirlo tuvo que hacer de todo, hasta vender alimentos en calles del municipio, lo que generó la solidaridad ciudadana.
La joven fue seleccionada para participar en el programa internacional para estudiantes, por su nivel de aprovechamiento, pero el impedimento económico intentó truncar su sueño, por lo que comenzó a realizar ventas de alimentos en diferentes puntos de Bacalar, para poder obtener lo recursos necesarios para financiar el viaje.
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Inclusive tuvo que realizar el famoso “kilómetro de la moneda” en Bacalar, lo que junto con apoyos del Gobierno del Estado, el Ayuntamiento de Bacalar, la asociación de ganaderos y diversos personajes de la comunidad, le permitió obtener los recursos necesarios para poder asistir y cumplir su sueño de llegar a la NASA.
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“En el Rocket Center tuve la oportunidad de realizar diferentes actividades y conocer a personas que han impactado mi percepción sobre la vida y la sociedad. Piloté un avión monomotor, asistí a conferencias impartidas por ingenieros aeroespaciales y un astronauta, además que con mi equipo, obtuvimos el tercer lugar en la competencia, gracias a una propuesta para proteger a los astronautas con una barrera de nanopartículas de silicato de calcio hidratado. También conviví con jóvenes de India, España, Estados Unidos, El Salvador, Paraguay y compañeros de diversos estados de México” comentó emocionada la joven.
Inclusive señaló tener orgullo por sus apellidos mayas, y ser la primera bacalarense en alcanzar llegar a ese programa de la NASA, con el apoyo de la sociedad que se solidarizó para conseguirlo.
“Algunos compañeros me “chulearon” mi primer apellido. Ahí sentí mucho orgullo por pertenecer a Bacalar, a Quintana Roo y a México. Hoy me toca regresar a mi país, a mis clases en la Universidad y a seguir preparándome para que, llegado el momento, me toque devolverles todo lo que han hecho por mí” señaló la joven.
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AT