Guillermo de Jesús Victoria Mézquita es un hombre que trabaja como maletero en el Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC). Tiene 75 años de edad y a pesar que ya es jubilado tuvo la necesidad de reincorporarse a la vida laboral por necesidad, ya que su pensión es insuficiente.
Nacido en Mérida, Yucatán, pero radicado en Cancún hace 50 años, Guillermo trabajó durante 15 años como maletero en el Hotel Camino Real. Fue recepcionista, luego Gerente de Recepción y años después salió.
Recordó que fue alrededor de 1990, cuando comenzó a trabajar en el AIC, donde laboró dos o tres años con las aerolíneas Mexicana de Aviación y Aeroméxico, que eran las únicas en ese entonces.
En 1993 logró incorporar a uno de sus hijos al AIC y trabajaba el BTP-BTI, que eran boletos de intercambio para dar servicio a restaurantes y traslados, entre otros.
Recordó cómo ha cambiado el aeródromo desde entonces, pues en esa época sólo había la Terminal 1. Entre 1990 y 1992 inauguraron la Terminal 2, “ya de ahí se fue abriendo la 3 y hace poco, como dos o tres años, se abrió la Terminal 4, para que haya más afluencia de aerolíneas, según por destinos”.
Comentó que sólo ha sido maletero de apoyo, nada más tienen derecho a salidas, gente que está regresando a sus destinos, para darles el apoyo de maleteros y los compensan con una propina, además que los maleteros están afiliados al Sindicato del Aeropuerto.
El entrevistado mencionó que se jubiló a los 60 años y se fue porque vio mejores oportunidades (poner algún negocio), sobre todo después de dejar a su hijo, que consiguió su base y decidió hacer negocios por su cuenta.
“Me empezó a ir bien nuevamente, pero siempre hay altas y bajas. Me jubilé, pero salí con la pensión más baja (salario mínimo). Se supone que según la carestía de la vida se debe actualizar, cosa que no es cierto. Nos engañaron o no sé si sea verdad o no, porque antes, la jubilación era a los 60, no a los 65; pero ahorita me están dando la mitad de lo que es un salario mínimo, que son 3 mil 200 o 3 mil 400, y con eso no me alcanza para mí y mi esposa. Eso se gasta en una semana o en 10 días.
“Como mi hijo trabaja aquí, se nos da la oportunidad a los maleteros emparentados, por eso regresé a trabajar, por las propinas, porque dígame: ¿quién, a los 75 años, quiere trabajar? No niego que me sirve mucho, porque está uno activo y se siente vivo. Te sientes útil”, expresó.
Detalló que les toca trabajar en todos los horarios (sólo cuatro horas por día) en las cuatro Terminales, y se siente bien, porque todos los días ve caras diferentes y eso le gusta, pues asegura que lo suyo es el turismo, pues es lo que estudió y en alguna época fue Gerente de Recepción y asistente de División Cuartos; pero se retiró y puso negocios. Sin embargo, dijo que “tratar con el turismo es lo más hermoso que hay”.
Reconoció que prefiere al turista mexicano, pues da mejores propinas, y pese a que ahora es temporada baja, su labor es tan noble que siempre sale para sus pasajes y para que no falte nada en casa.
“Cuando está bien, está bien, y cuando está bajo, también sale. Desde que soy maletero, las mejores propinas, incluyendo en el Camino Real, siempre han sido de mexicanos. Evidentemente el turista extranjero es excelente, como el estadounidense, el sudamericano y el europeo más o menos, pues mucha gente no tiene la cultura de la propina, pero siempre hay para comer”, concluyó.
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AT