Mientras que en la Ruta de los Cenotes y Leona Vicario continúa diariamente la devastación de la selva por parte de un sinnúmero de desarrolladores, el ejido de esta delegación pretende avalar la depredación al medio ambiente promoviendo el cambio de uso de suelo de cientos de hectáreas de uso sustentable y agropecuario para desarrollo inmobiliario.
La pretensión de legalizar el boom urbano en Puerto Morelos llega un poco tarde, ya que incluso la venta de los predios se realiza actualmente en desarrollos como Villas Cenotes, Fraccionamiento Sendero e Imperio Maya, entre otros. Esto sin tomar en cuenta, los más de 20 proyectos en la Ruta de Los Cenotes.
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Venta de terrenos y proyectos inmobiliarios en Leona Vicario podrían devastar cenotes y selvas
Tan solo uno de los proyectos, Ciudad Aurum, que ha protagonizado las asambleas del ejido desde enero, es promovido por el actual presidente del Comisariado Ejidal de Leona Vicario, Juan García Asbún, quien asumió el cargo en noviembre de 2022, y ya para entonces, en reuniones informales, presentaba el proyecto a los demás.
Al principio, dicen, contaba que iba a ser un desarrollo pequeño, de 600 hectáreas. Tierras de ellos. Pero con el paso de los meses, García Asbún y sus socios mostraron intenciones distintas, hasta llegar a las 10 mil hectáreas, llevándose por delante tierras de ejidatarios que no estaban de acuerdo.
Por Esto! acudió a sus oficinas, en pleno centro de la delegación de Leona Vicario, para entrevistarlo; sin embargo, aduciendo una reunión “urgente” en la ciudad de Cancún, a 40 kilómetros del lugar, salió escoltado por el secretario del ejido, Miguel Ángel Concha, quien argumentó que el fin de mes se realizará una asamblea donde están convocados los 385 ejidatarios, así como una conferencia de prensa.
Más allá de la cercanía con Cancún y la Riviera Maya, el atractivo de la zona radica en el paso cercano del Tren Maya, uno de los proyectos más importantes del Gobierno actual.
Leona Vicario consiguió que el Gobierno Federal accediera a instalar una estación junto al ejido, al que, por cierto, le compraron decenas de hectáreas de tierra para instalar las vías.
Si el mero empuje del turismo y la industria inmobiliaria ha sido suficiente para cambiar las dinámicas sociales y económicas en Quintana Roo en el último cuarto de siglo, la aparición en el horizonte del Tren Maya ha acelerado el proceso a un grado que todavía es difícil de entender.
Ejido de tipo forestal, la selva domina buena parte del territorio en Leona Vicario. Con los cambios legales de finales de la década de 1990, los ejidatarios empezaron a delimitar sus propiedades.
Hubo varios “aparcelamientos”, como dicen ellos, parte de un léxico, el ejidal, rico y enrevesado. Al calor del desarrollo de Cancún, algunos empezaron a vender tierras. Otros, además de las tierras, vendían sus certificados ejidales.
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HS