En una misa presidida por el obispo del estado, Pedro Pablo Elizondo, en comunión con los sacerdotes de la capital y los feligreses de la parroquia San Martín de Porres, se celebró una misa de despedida por el reciente fallecimiento del sacerdote Miguel Erales, primer sacerdote católico oriundo de Chetumal.
Miguel Erales fue párroco de San Martín de Porres y sacerdote en Chetumal desde hace medio siglo, y su popularidad en la ciudad lo convirtió en un cura muy conocido y querido entre los feligreses. El cura Erales falleció la noche del miércoles en su casa cural de San Martín de Porres, así lo informó la diócesis en un comunicado de prensa.
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“Con gran pena y dolor hemos recibido la noticia de que nuestro querido hermano Sacerdote Miguel Erales Córdoba, hoy ha partido a la casa del Padre. Nuestra Iglesia Particular de Cancún- Chetumal se une en oración por su eterno descanso e invito a todos mis hermanos Sacerdotes a ofrecer nuestra celebración de la Eucaristía y a todos los fieles que lo encomienden en sus oraciones, dando gracias a Dios por el don de su vida y ministerio. Que Dios lo reciba en su seno y le de la corona de la victoria, después de haber conservado la fe y cumplido su misión.
Me siento sumamente agradecido por su abnegado servicio ministerial y su entrega generosa en la parroquia de San Martín de Porres que él mismo construyó y pastoreó durante muchos años en la ciudad capital de Chetumal. Como primer sacerdote diocesano, entregó toda su vida al servicio de sus fieles. Trabajó fuertemente con el movimiento de cursillos de cristiandad que promovió con mucho entusiasmo y donde hombres y mujeres vivieron un verdadero encuentro con Jesús, quienes a la fecha perseveran en el camino de la vida cristiana.
Organizó muchas actividades para construir la parroquia entre ellas el kermes que año con año dirigía. Además, su atención, cercanía y convivencia con los Scouts. Conocía la historia de los orígenes de la Prelatura de Chetumal la cual apreció y por la que entregó su vida”.
La feligresía que lo acompañó por medio siglo lo despidió entre lágrimas y llantos, rezos y oraciones.“Para mí fue un buen sacerdote, un buen director espiritual, tomé muchos cursillos con él y muchos temas con él y fue una pérdida dolorosa. Yo de mi parte lo quiero mucho y fue muy bueno conmigo”. “Hijo de familia, una bella persona. Un sacerdote intachable, si podía te ayudaba. Y siempre tuvimos el don de convivir con él” comentó la feligres entre lágrimas al hablar sobre su relación con Erales Córdoba.
En la homilía, el obispo dedicó unas palabras de despedida para el padre Erales, frente a sus cenizas. “Todos estamos para elevar una oración por nuestro querido padre Miguel Erales. A quien tanto hemos querido, conocido como amigos, como fieles, como compañeros, como sacerdotes.
Una lágrima por el eterno descanso de nuestro hermano se seca muy pronto en la mejilla, pero una oración elevada a Dios Nuestro Señor él la recoge y la transforma en salvación. Eso es lo que estamos haciendo con esta oración. La Eucaristía es la más grande y hermosa que podemos ofrecer por nuestro hermano. Como muestra de nuestra gratitud. Es una oración, una despedida, pero sobre todo una acción de gracias. Darle gracias a Dios porque nos ha concedido conocer, vivir, compartir y recibir” comentó el prelado.
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HS