Especialistas alertaron acerca de la desaparición de poblaciones enteras de corales en Quintana Roo, como el cuerno de alce y la coral de fuego.
Lorenzo Álvarez Filip, biólogo marino de la Universidad Autónoma de México (UNAM) detalló que esta problemática se atribuye a las elevadas temperaturas marinas, que aumentaron de 29 a 34 grados Celsius durante el año, lo que ha provocado que las colonias estén desapareciendo.
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“Aunque este tema es importante y debe preocupar, hay una falta de políticas públicas y presupuesto suficientes para el monitoreo e investigación, pues una revisión completa en Quintana Roo costaría aproximadamente 1.2 millones de pesos, una asignación que nunca se ha destinado para abordar estos problemas”, dijo.
Por su parte, Aaron Siller, investigador del Centro Mexicano del Derecho Ambiental (CEMDA) dijo que otro factor de la desaparición de los arrecifes son las embarcaciones irregulares.
Alertó que los corales son especialmente susceptibles durante los periodos vacacionales, pues han detectado a embarcaciones haciendo actividades turísticas sin autorización, y los visitantes pueden pisar a estas especies o alimentar a los peces con cualquier tipo de comida.
Destacó la importancia de regular estas embarcaciones, que podrían estar dañando gravemente el medio ambiente.
En cambio, los prestadores de servicios autorizados saben dónde están los sitios con arrecifes, dónde no pueden anclarse y la seguridad al navegar, pero hay otros particulares que no siguen las reglas, y no cuentan ni siquiera con personal experto, y es ahí donde comienzan las afectaciones.
Asimismo, Siller explicó que estas embarcaciones piratas también dañan las zonas arrecifales al llevar a cabo la limpieza de sus embarcaciones, pues las lavan con productos que destruyen el arrecife como ácido muriático y cloro, entre otros y hasta el momento no existe alguna autoridad que regule o aplique las sanciones para estas malas prácticas.
Finalmente, explicó que el problema va más allá de los encallamientos; también hay muchos productos químicos que se tiran al mar para poder lavar las embarcaciones. Y aunque esto debería estar prohibido, en realidad no hay nadie que esté atento y que aplique sanciones, por lo que no se puede hacer mucho, se tiene que entender que también se está deteriorando la salud de los arrecifes.
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HS