Aguakan hace oídos sordos con respecto a la demanda empresarial de reactivar la segunda línea submarina de agua potable para prevenir nuevas interrupciones debido a problemas hidrometeorológicos y causas humanas en la operación de barcos en aguas de baja profundidad.
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A principios de marzo pasado, un barco grande quedó sin gobierno y su ancla rompió el ducto submarino procedente de Punta Sam. Tardaron tres días en reparar el daño, lo que generó inconformidad y polémica cuando exfuncionarios de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) revelaron que ese tipo de rupturas no debería tomar más de cinco horas para ser restablecidas.
Se ha confirmado que antes de que la concesión pasara a manos de Aguakan, en 1993, se contaba con dos líneas para hacer frente a emergencias. Sin embargo, el consorcio y sus directivos sostienen que no es necesario retomar este plan, a pesar de la presión social que parece no haber cambiado su opinión.
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Ante esta situación, funcionarios municipales apoyan en privado la idea de extrabajadores de la CAPA, de volver a tender esa línea de respaldo. Están explorando la posibilidad de que esta propuesta se lleve directamente al organismo estatal, especialmente a medida que avance el proceso de cancelación del título de concesión como resultado de la consulta popular en junio de 2022.
Empresarios, como hoteleros y restauranteros, respaldaron de inmediato el plan, ya que han experimentado en más de una ocasión la necesidad de agua cuando se hay cortes y sus clientes demandan el servicio de agua.
Los ejecutivos de hoteles María Cantú y Antonio González coinciden en que este tipo de fallas puede tener efectos negativos, evaluando las consecuencias de los últimos cortes en los que muchos centros de hospedaje tuvieron que recurrir al uso de agua de piscinas e incluso agua de mar.
Además, han exhortado a los Gobiernos municipal y estatal a acelerar el plan de reinstalar siete kilómetros de la línea submarina para atender eventualidades, así como la necesidad de construir otra cisterna de mil metros cúbicos para el refugio anticiclónico. Esto debe hacerse independientemente del plan de construir una planta desaladora en la colindancia de la Hacienda Mundaca.
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AA