De las aproximadamente 250 asociaciones o congregaciones religiosas activas en este municipio, se calcula que al año buscan apoyo 48 mil personas por problemas de ansiedad, depresión, adicción y tendencias suicidas, informó el pastor Josué Chan.
“Buscamos acompañarlos en sus necesidades emocionales, hay mucha gente sola en situación de riesgo”, comentó.
Dijo que los centros religiosos no son suficientes ante el crecimiento del municipio, con más de medio millón de habitantes, el aumento de la delincuencia, así como el abuso de las redes sociales, que influye mucho en la conducta de las personas. “Se les dice a los papás que tengan mucha atención con sus hijos, porque se lucha más que antes. Antes, eran consideradas malas compañías, pero ahora se le suman las malas influencias cibernéticas”, expresó.
Recomendó a los padres de familia evitar los excesos, establecer restricciones en el uso de aparatos tecnológicos, supervisar lo que se hacen los hijos, realizar actividades al aire libre o acompañarlos a hacer algún deporte.
Sobre el suicidio y los problemas emocionales, dijo que “es preocupante el tema de la soledad, la depresión, la ansiedad. Es muy notorio en estas fechas. Son la suma de todas las emociones, como extrañar a la familia, las celebraciones solitarias, las pérdidas de familiares, la pareja, diagnóstico de enfermedades, la falta de trabajo, mala alimentación, falta de convivencia vecinal y el aislamiento”.
Indicó que las personas muestran ansiedad por lo que sucederá en el futuro; se deprimen recordando el pasado y se estresan ante el presente.
En caso de no querer ir con el psicólogo, dijo que “estas fechas son un buen tiempo para acudir a las iglesias, escuchar las celebraciones, participar, encontrar un poquito de esperanza y acompañamiento. Podría ser la gran diferencia entre lo que en este momento viven y lo que podrán vivir mañana, porque la alegría es esperanza, amor y devoción. Es la medicina que necesita la gente”, expresó.
Comentó que en su congregación realizaron un ejercicio en las colonias, casa por casa, con tres preguntas básicas: “¿Cómo estás?, ¿Qué necesitas?, ¿Cómo te puedo ayudar?” Las respuestas fueron: platicar, estar acompañado, sentirse alguien o que la gente sepa que existen.
“Por eso estamos abiertos 24 horas los siete días a la semana, para acompañarlos en sus necesidades cuando así lo decidan. No están solos”, concluyó.