A pesar de que el uso de vapeadores está prohibido en Quintana Roo desde el 2022, continúan a la venta sin que hasta el momento autoridades sanitarias se hagan cargo de la supervisión, para que esto se cumpla.
La situación deja una expectativa negativa en los ciudadanos, ya que con la reciente la modificación a los artículos cuarto y quinto de la Constitución Política en materia de protección a la Salud para prohibir el uso de estos artículos, dudan que se haga efectivo en Quintana Roo.
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Un estudiante dijo que, si bien es un producto que tiene efectos negativos en la salud, éste no es el único, ya que el cigarro y el alcohol también lo son y se siguen vendiendo. El debate es si en verdad frenará el consumo, sobre todo en los jóvenes. “Tengo amigos y conocidos que usan vapeadores sólo por moda, en la fiestas o reuniones nunca falta quien tenga uno”.
Para Ramón Pech sólo abre la puerta a un mercado ilícito, donde se pueda conseguir con delincuentes que aprovechen esto para hacer negocio. “Sería mejor una regulación como la venta de cigarros y el alcohol”. Además, brindar información necesaria de los efectos secundarios del uso prolongado de vapeadores.
“Si las autoridades no han logrado terminar con las drogas más destructivas, que tiene cautivada a la juventud, con sólo decir que está prohibido no se va terminar el problema”, dijo Gabriela Ortiz, madre de familia.
Agregó que, como mamá de dos estudiantes, su responsabilidad es advertirles las consecuencias de consumir sustancias ilícitas, que pueden repercutir en sus vidas, pero en muchas familias esto no pasa.
El Gobierno federal informó que el decreto referido señala las medidas adoptadas por la Secretaría de Salud, a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), y la Secretaría de Economía, para proporcionar certeza jurídica al marco normativo que establece la prohibición de la importación de estos dispositivos.
La Organización Mundial de la Salud advirtió que los sistemas electrónicos de administración de nicotina, mejor conocidos como cigarrillos electrónicos o dispositivos vaporizadores, sistemas electrónicos sin nicotina y los sistemas alternativos de consumo de nicotina, pueden contener niveles de sustancias tóxicas y compuestos carcinógenos, en ocasiones superiores a los de los cigarrillos tradicionales.