El servicio que ofrece Aguakan, fuera del límite de la concesión autorizado por la Legislatura XVII, parece colapsar, ya que comenzaron a multiplicarse los problemas de derrames de cloacas y deficiencia en la atención al cliente, denunciaron los afectados.
En una calle de la colonia La Guadalupana, el ingeniero Ariel Aguilar confirmó el martes la presencia de una fuga de agua potable. Se observaron charcos en la vialidad de tierra en ese sector; la escasez del líquido en la isla se convierte en un problema mayúsculo así, comentaron los vecinos.
Glendy Sosa, por su parte, informó que el lunes por la tarde hubo un derrame de agua residual frente a la tienda de su padre, en la calle Adolfo López Mateos, cerca de la calle Hidalgo, que conduce al Cementerio municipal, el cual desemboca en Playa Norte.
“Mucha gente cruzaba en ese momento del derrame, contaminándose los pies al atravesar el tramo de 15 metros donde se dispersó el agua residual”, dijeron testigos, en medio del enojo colectivo por el negligente actuar de la empresa.
En un registro residual de la banqueta comenzaron a salir aguas pestilentes cuando había mucho turismo cruzando la vialidad, y enfrente de un negocio de alimentos. Es la primera vez que se presenta este problema por ese rumbo.
Las oficinas de Aguakan se encuentran por esa zona, a 300 metros; la gente no recibió la respuesta esperada, ya que se les había prometido que la brigada llegaría dentro de 24 o 48 horas. El problema comenzó desde el viernes de la semana anterior, pero el personal del consorcio no actuó.
Ciertamente, antes de la pandemia, el personal de brigada de la empresa fue recortado, según algunos trabajadores. Ya no se atienden con prontitud las emergencias, salvo cuando el Gobierno municipal ejerce presión, señalan. Fue una decisión unilateral de los altos directivos.
Aumento de casos
En una semana se produjeron tres derrames en el Centro histórico, dos veces en la calle Nicolás Bravo y ahora en Adolfo López Mateos. Esto sin considerar los derrames de semanas anteriores, en Sac-Bajo y en una colonia. Todos contribuyeron a contaminar el agua del mar.
Sobre el derrame de agua en la colonia La Guadalupana, es la primera vez en lo que va del año. También solicitaron la intervención del personal para reparar el ducto. Se pudo ver el brote de agua en la superficie de la terracería, frente al domicilio de Ariel Aguilar; al fondo se veían charcos de agua.
Ante estos hechos, el servicio del consorcio parece colapsar, a dos meses de que la Legislatura XVII del Estado cancelar la concesión. El título de concesión original, de 1993, terminó el último 31 de diciembre de 2023, según el Poder Legislativo, apoyado por el Gobierno de Isla Mujeres, que avaló la consulta popular de 2022, en la cual la gente solicitó la cancelación del contrato por mal servicio y alto costo.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
HS