Jesús Manuel Pacheco, oriundo de la comunidad en La Candelaria, comparte una mirada nostálgica hacia el pasado, recordando cómo la papaya maradol una vez fue la fruta emblemática de la producción en el municipio de José María Morelos. En su apogeo, la comunidad llegó a destinar 40 hectáreas para la siembra de esta fruta, pero el camino hacia el éxito comercial estuvo lleno de desafíos.
A pesar de la calidad del producto y los esfuerzos incansables de los campesinos organizados, la papaya maradol no logró consolidarse en los mercados nacionales e internacionales. Las trabas burocráticas y la falta de apoyo oficial obstaculizaron su comercialización, a pesar de ser una opción prometedora para impulsar la economía local.
Desafortunadamente, la falta de proyectos exitosos y el escaso respaldo gubernamental llevaron al abandono gradual de los campos. La mayoría de los campesinos, como don Jesús, están en edad avanzada y ya no cuentan con la energía necesaria para continuar la producción. Las nuevas generaciones, en busca de trabajos más cómodos y menos demandantes, se alejan del campo, a pesar de las potenciales ganancias que este puede ofrecer cuando se trabaja adecuadamente.
La tragedia final llegó cuando uno de los numerosos intermediarios que llegaron a la región se llevó toda la producción de papaya maradol sin pagar a los campesinos. A pesar del arduo trabajo de meses, el esfuerzo de los agricultores se perdió, dejándolos en una situación desoladora. Las tierras, una vez prósperas, fueron abandonadas y permanecen en ese estado hasta el día de hoy.
La historia de la papaya maradol en La Candelaria es un recordatorio de los desafíos que enfrentan los agricultores locales y la importancia del apoyo gubernamental y la organización comunitaria en el desarrollo rural. Aunque el pasado pueda ser desalentador, aún queda espacio para la esperanza y la revitalización de la agricultura local.
Ante la falta de inversión comunal y apoyos del gobierno, productores de papaya maradol del ejido Othón P. Blanco de esta ciudad, han abandonado el cultivo de este fruto, lo que ha provocado el alza en su precio.
Superficies que antes estaban destinadas al cultivo de papaya maradol en el ejido Candelaria, ahora se ocupan para la producción de limón, esto se debe a que las plagas ya no permiten la producción masiva de la fruta.
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