
Un grupo de activistas y ciudadanos ha establecido un plantón indefinido afuera de la obra que realiza la Sedena en la laguna de Bacalar, la cual ya ha sido denunciada ante la Profepa y Semarnat por los posibles daños que podría ocasionar al ecosistema lagunar y por contaminación visual sobre el paisaje local.

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A días de la protesta llevada a cabo entre el monumento histórico el Fuerte de San Felipe y una zona militar a orillas de la laguna, un grupo inconforme mantiene una manifestación contra el desarrollo de un complejo habitacional militar, donde se planea que descansen los elementos establecidos en la región.
La organización civil, convocada por el Comité Ciudadano de Bacalar, manifestó que continuarán el paro mientras no se detengan totalmente los trabajos y está construcción sea reubicada, incluso han sugerido que se traslade la obra al Campo Militar de Xtomoc, un espacio que consideran adecuado y fuera del área de conservación.
"El relleno es un horror, porque es un montón de tierra que están removiendo con máquinas pesadas, creo que es más de un metro que están poniendo encima de un relleno que ya estaba. Estamos con el escándalo de no saber si tienen los permisos. (...) Queremos transparencia y que se pare la obra", dijo una de las activistas.
A su vez, ambientalistas han señalado las diversas afectaciones que esta obra podría acarrear. Por una parte, la presidenta de la organización civil Agua Clara, Melisa Maravilla, señaló que, en primera, la construcción se está haciendo en una zona de muy alta inestabilidad y vulnerabilidad, como lo ha hecho saber la CENAPRED.

Lo cual genera preocupación sobre la gestión y manejo de riesgos, por ellos, este tipo de construcciones aumenta la vulnerabilidad para la población y el medio ambiente, asimismo, afecta la capacidad de la naturaleza para autorregularse.
Además, destacó que en Bacalar la geología y el ecosistema están interconectados de forma compleja, por lo que este tipo de construcciones donde se usan técnicas de relleno y dragado pueden alterar el flujo del agua de la laguna, provocando inundaciones y deslizamientos en la zona lagunar.

Finalmente, destacó la necesidad de considerar el aspecto de la contaminación visual para un sitio cultural e histórico como lo es el Fuerte de San Felipe, pues la elevación de muros y la alteración del paisaje escénico tiene implicaciones en el turismo.
Hasta el momento, la Sedena no se ha manifestado al respeto de este desarrollo y continúa llevando a cabo tareas de construcción dentro del sitio, donde se ha observado la entrada y salida de maquinaria, pese a las protestas realizadas por una parte de la ciudadanía.