Para lograr un cambio en el transporte público de Cancún se requiere el trabajo coordinado de los tres niveles de gobierno y las empresas concesionarias. Asimismo, la autoridad necesita retomar el control del servicio, pero con procesos de planeación para poder implementar sistemas de movilización eficientes, señaló Nicolás Rosales, director de la Asociación Mexicana de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM).
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En las últimas ediciones, Por Esto! realizó una radiografía del transporte público en el principal destino turístico de México, servicio que fue reprobado por los ciudadanos, pues la situación es insostenible: esperan incluso por horas para subir a un camión o combi, que además está en mal estado o va repleto. A esto se le suman vialidades no adecuadas, los abusos de los conductores y la inseguridad.
El experto señaló que la autoridad debe tener “mano dura” en cuanto al otorgamiento de las concesiones, pues si el operador de transporte público no quiere actualizarse ni mejorar, se puede rescindir el contrato y abrir las puertas a nuevas empresas que sí quieran brindar un servicio de calidad
Urgente, actualizar tarifas
Hace unas semanas los transportistas comenzaron a pujar para aumentar la tarifa del servicio, lo que generó descontento de los ciudadanos, que señalaron las pésimas condiciones de las unidades, la saturación, las rutas deficientes y obsoletas, entre otras fallas.
Al respecto, Rosales señaló que sí es necesario hacer un ajuste en los costos, pues sin una tarifa técnica no va a ser posible modernizar el transporte público, darle mantenimiento, ni tener unidades en buen estado; sin embargo, a nivel nacional se manejan tarifas sociales. “Estamos viendo que suben cada dos o tres años un peso, cuando realmente necesitan mayor incremento”, indicó.
Agregó que eso no significa que el usuario absorba el costo, pues se puede buscar un modelo financiero equilibrado, en el que la autoridad apoye a la concesionaria con temas de incentivos o subsidios. Dejó en claro que el precio del pasaje actual no es suficiente para cambiar las unidades cuando se requiere.
Problema político
En Cancún, los problemas en el servicio de transporte público permean hasta lo político; esto ha limitado las exigencias para mejorar y modernizar el servicio.
Para lograr un cambio, el experto señaló un trabajo conjunto, pues ni la autoridad puede sola, porque no tiene la capacidad técnica-operativa ni financiera para comprar determinado número de unidades y saber cómo operarlas y el operador tiene a su favor años de experiencia. Sin embargo, a su parecer, en Cancún falta voluntad para hacer esta mancuerna.
Confió en que la nueva Ley General de Movilidad y Seguridad Vial y la Política Nacional del Transporte Público permita a los estados tener una idea muy clara de lo que tienen que hacer y cómo hacerlo.
Aseguró que todo se trata de un tema de liderazgos, tanto de la autoridad, para implementar un programa que permita la modernización del transporte, como de los operadores, que asuman el compromiso de mejorar y dar un servicio de calidad.
Esto es necesario porque aunque la movilización es un servicio, también es un negocio para las personas que la operan, entonces se tiene que lograr un equilibrio entre la función social y la sostenibilidad financiera, que permita a lo largo de los años poder tener un margen para la operación y para la modernización de estas unidades a corto, mediano y largo plazo.
Añadió que también tienen que realizarse estudios especializados para saber qué tipo de transporte se puede implementar en la ciudad, las ofertas de demanda, origen-destino y desarrollo urbano, para que pueda haber un mejor impacto en la calidad de vida de las personas y en el medio ambiente.
Necesidades reales
El entrevistado afirmó que en el extranjero, turistas y ciudadanos usan el transporte público porque es de calidad, seguro y con buena cobertura, pero en México pareciera ser lo contrario.
Respecto al hecho que otras ciudades que no tienen la vocación turística de Cancún han implementado medios de transporte eficaces, como el Tuzobus, de Pachuca, dijo que para promover estas modificaciones de transporte y adecuaciones viales de ciudades se tiene que determinar primero cuáles son los modelos viables, pues, aunque hay muchos, no todos son factibles en ciudades medianas, como Cancún.
“Podemos decir que el primer sistema en una ciudad mediana, como fue el Optibus, fue funcional y es funcional en la actualidad porque ha ido creciendo y se ha ido adecuando a las necesidades”.
Agregó que aunque en un tiempo se pusieron de moda los sistemas BRT (Bus Rapid Transit System) que son unidades articuladas con carril confinado, no son adecuadas para todos los estados. Incluso señaló fracasos como la primera parte del Vivebus, en Chihuahua, y el Acabus, en Acapulco.
“A lo mejor Quintana Roo y Cancún, y toda la zona no necesita camiones de este tipo, ni camiones convencionales, pero sí una adecuada planeación que permita tener una red de transporte con un sistema truncal, con alimentadores que cubran las necesidades de las personas, que tengan la cobertura necesaria para que puedas trasladarte de una manera más eficiente, rápida y de calidad, y te cueste menos”, opinó.
También destacó que es necesario la consultoría de expertos para diseñar las rutas de transporte de la manera más óptima; sin embargo, esto no siempre ocurre, pues a veces se toma a algún amigo cercano al gobierno, no a quien realmente conoce del tema.
Señaló la importancia de tener a servidores públicos realmente preparados, de lo contrario, el aprendizaje puede ser lento y complicado, y a menudo no alcanza el tiempo para capacitarse y echar a andar los proyectos necesarios.
“Si tú eres el secretario estatal, pues tendrás seis años, pero si eres una autoridad municipal tienes 3 años y la ruta de aprendizaje es muy lenta muy complicada y cuando van a empezar a aprender ya se están yendo. Hay algunos que sí han hecho, y lo digo, y hay que reconocerlo, que se han acercado a distintas instancias como ha sido la AMTM, ANTP, para poder tener una idea de lo que se tiene que hacer en cada ciudad, pero otros tantos se van no por la libre, pero sí copiando algunos ejemplos que no es lo más funcional”.
Como ejemplo, dijo que se le han acercado autoridades que quieren meter un BRT en determinada ciudad, pero no tienen ni la vialidad, ni la demanda, ni las condiciones. A veces se trata de urbes que son Patrimonio Cultural de la Humanidad, por lo que no se puede implementar eso.
“Tenemos que orientarlos para que ellos puedan tener un buen proyecto y es a través de esta nueva Política Nacional del Transporte público que te señala cuál es el camino, no la fórmula, el camino, cuáles son las funciones que puedes implementar, y esa es la ventaja, no te dice hay que seguir esa línea de trabajo, si no tenemos que buscar las adecuaciones para tener un mejor proyecto”, explicó.
Dijo que en Quintana Roo se han hecho algunos ejercicios, pero es importante tener estudios serios que permitan una planeación del sistema de transporte y una planeación urbana. Y también es indispensable involucrar a los operadores, que tienen la experiencia para poder hacerlo, pero la batuta la debe tener el gobierno, para regular el proyecto de transporte y la operación, de la mano con los choferes del servicio.
Movilidad, derecho humano
En el año 2019-2020, se subió a grado constitucional el derecho a la movilidad, reconociéndolo como un derecho humano. Eso originó que se empezara a trabajar con una Ley General de Movilidad y Seguridad Vial a nivel estatal, en cada una de las entidades, que después se subió a través de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Territorial (Sedatu) a rango constitucional y obligatorio para todas las entidades federativas, por ello cada demarcación tiene la potestad de regular y operar el transporte público, sin intervención del poder Federal, explicó Rosales.
Posteriormente se armó una Estrategia Nacional de Movilidad y Seguridad Vial conformada por todos los estados y, por primera vez, el gobierno federal.
Luego, hace unos meses, en junio, se presentó la Política Nacional de Transporte Público Colectivo, que señala que el transporte debe ser, con todos los requerimientos necesarios: que sea de calidad, eficiente, accesible, inclusivo, sustentable, es decir que use energías limpias.
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“Yo creo que aquí tendríamos que señalar un tema fundamental que seria, sostenible. Si al transporte público no se le da la garantía de ser sostenible financieramente, en corto tiempo tenemos lo que estamos viendo en Cancún. Te puedo decir que estamos pagando los platos rotos de cómo operamos el transporte público”, destacó.
El transporte público se concesionó hace 50 o 60 años a particulares, por la poca posibilidad de que el gobierno pudiera asumir el control y operación de éste.
Para ese entonces, el papel de la autoridad se limitó a la regulación, documentación, trazo de rutas, etcétera, pero no reguló la operación, ni la calidad de servicio. “Eso se lo encargó al operador del transporte público, al transportista. Mientras que el transportista cubría todos los trayectos, las necesidades de los usuarios y no había quejas, estaba bien. Pero cuando empezamos con esos problemas de irregularidades en las unidades, en la actitud del servicio, en la calidad del servicio, en el tema de las unidades, en el incremento de las tarifas por parte de operadores, vemos que esta parte se nos va desbordando, pues tenemos un rezago importante en unidades en mal estado, contaminantes, inseguras mecánicamente, y que obviamente estamos pagando, y quien lo paga es el usuario, no la autoridad”, resumió.
Tecnología, un factor clave
Dijo que otro factor importante es el tema de la tecnología, pues ésta permite ser eficientes en la operación y la prestación de servicio de calidad para las personas.
En contraparte, en Cancún se movilizan todos los días camiones viejos, que además de que contaminan demasiado, están en pésimas condiciones, incluso son indignos, con asientos rotos, sucios, en mal estado, por lo que es lamentable que no haya una exigencia para los operarios.
Finalmente, dijo que con el nuevo empuje que tiene el tema de la movilidad a partir de estos años, las autoridades están impulsando los proyectos de transporte público sostenible, pero no hay una fecha para implementarlo, aunque ya hay potestad, lineamientos e instrumentos legales para poder empezar a operar un sistema de transporte eficiente y calidad para los usuarios.
“Estamos hablando unidades con nuevas energías, llámese euro 6 o gas, no toquemos el tema de electromovilidad, porque es un tema mucho más complicado y mucho más caro, que a lo mejor lo quiere implementar la autoridad, pero primero hay que empezar a pasar estos procesos de conformar empresas, empezar a conformar corredores, usar nuevas tecnologías, que incluye el tema de euro 5, euro 6, que es el menos contaminante y capacitar al operador de transporte público”.
Recalcó que estos procesos de formalización e institucionalización son fundamentales para tener un sistema de transporte eficiente, tanto por parte de la autoridad, por el operador de transporte público. Éste tiene que ser centrado en cubrir las necesidades y la calidad de vida de los usuarios, concluyó.