Ante los recientes casos de linchamientos de delincuentes, muchos ciudadanos expresan desconocimiento sobre la legalidad de estas acciones, ya que la ley sólo permite la detención de un sospechoso. Según las normas, el presunto culpable no puede ser golpeado, torturado o agredido de ninguna forma. Arturo Gama, residente de Cancún, reconoció su falta de conocimiento sobre este tema, pero se mostró en desacuerdo: “¿Cómo es posible que se proteja más la integridad de un maleante que la de una víctima? A veces, sólo los detienen por dos o tres días y luego los sueltan. La gente ya está harta”.
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Por su parte, Josué Alcanzará expresó su confusión ante la idea de que los delincuentes tengan derechos tras transgredir los de otros: “La verdad, no conozco mucho de leyes, pero a veces actuamos por el coraje de que, por una cosa u otra, no se logra verdadera justicia”.
Mario Bautista también comentó que, aunque no culpa a los ciudadanos por reaccionar así, enfatizó que la agresión nunca mejora las cosas. “El desconocimiento de la ley puede llevar a la cárcel a quienes intentan hacer el bien”, advirtió.
La reciente modificación en la creación del Código Nacional de Procedimientos Penales establece que un ciudadano, no necesariamente parte de un cuerpo policiaco o de seguridad, puede realizar una detención siempre que sea testigo del delito en el momento de su comisión o si la víctima lo señala directamente.
Una vez hecha la detención, el sospechoso debe ser entregado a las autoridades correspondientes, principalmente al Ministerio Público. Sin embargo, cualquier acto de agresión, tortura o incluso homicidio a manos de ciudadanos se considera un delito, señaló Edgar Mora, director de Derechos Humanos del municipio de Benito Juárez, quien agregó que en el último mes han ocurrido varios linchamientos en la ciudad.
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Es fundamental evitar cualquier intento de agresión, independientemente de la culpabilidad del individuo, para no violar sus derechos humanos. La responsabilidad de hacer justicia recae en las autoridades, incluidas las municipales y estatales, como la Fiscalía General del Estado, quienes se encargarán de llevar a cabo la investigación correspondiente, siempre respetando que el detenido no sea agredido físicamente tras su captura.
Las agresiones físicas y los linchamientos suelen ocurrir en situaciones donde algunos sectores vulnerables son atacados. Esta situación genera en la población un sentimiento de molestia y coraje por el delito cometido, lo que puede llevar a la gente a golpear brutalmente al agresor, torturarlo o incluso rociarle algún líquido inflamable. Estas acciones, sin embargo, se convierten automáticamente en un delito y están lejos de lo que establece la ley, que también protege los derechos del delincuente.
En el último mes y medio, se han reportado varios casos de linchamientos. El más reciente ocurrió ayer, cuando un grupo de vecinos en la supermanzana 202 de Cancún capturó a dos sujetos acusados de intentar robar una dulcería y de herir a una mujer con un arma punzocortante durante el asalto.
Otro incidente tuvo lugar el 8 de octubre en la colonia Cielo Nuevo, donde un grupo de personas detuvo a un hombre que intentó aprovecharse de una menor de apenas 14 años. Fue golpeado por la multitud hasta que llegaron elementos de Seguridad Municipal para canalizarlo a la autoridad correspondiente.