En un año, Quintana Roo suma más de 37 mil denuncias por robos

En Quintana Roo, el riesgo de ser víctima de robo se ha convertido en una realidad generalizada para sus habitantes. Desde el inicio de 2023 hasta el primer semestre de 2024, los datos muestran que los ciudadanos pueden sufrir robos en su casa, en la calle e incluso en el transporte público y privado.

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) ha reportado que, durante los 12 meses del año pasado se registraron un total de 25,514 denuncias por delitos de robo en la entidad.

Sin embargo, al corte de junio de 2024, ya se contabilizan 12,146 denuncias, lo que representa un 47.6 por ciento del total del año anterior. Este dato sugiere una persistencia en los índices delictivos y una tendencia clara que podría indicar que este año se mantendrá la misma magnitud de robos y delincuencia en el estado.

Entre los tipos de robo más frecuentes se encuentran el de automóviles, que del corte de 2023 a junio de 2024 registra un total de 4,817 denuncias; mientras que en el caso de las motocicletas suman 3,575 casos.

Los comerciantes de los 11 municipios de la entidad tampoco se salvan, ya que durante esta misma temporalidad el asalto a negocios alcanzó un total de 2,957 de casos denunciados. La calle, los parques o el propio hogar se han vuelto inseguros

La métrica del SESNSP también muestra que, en el Caribe Mexicano, la delincuencia puede atacarte incluso en tu domicilio, ya que hasta el último corte en el caso de la casa habitación, el reporte federal indica que son 1,768 quintanarroenses los que interpusieron un acta ante el Ministerio Público, sin considerar la cifra negra de hechos que no llegan hasta un proceso en la Fiscalía General del Estado (FGE). 

Respecto al robo a transeúntes se contabiliza en este lapso de 18 meses un total de mil 981 reportes. En el transporte público y privado se tiene al menos un reporte de 947 denuncias.

 Otro tipo de daños patrimoniales que destacan son el abuso de confianza y el daño a la propiedad, que acumulan un total de 5, 820 y 9,053 afectados, respectivamente.

Se realizó un sondeo con la finalidad de conocer la voz directa de aquellos que se han visto afectados por la delincuencia.

En su caso, Luis Carrillo dijo ser víctima de robo, hace como un mes mientras caminaba rumbo a su trabajo, cuando salió como siempre en la colonia Villas Otoch Paraíso, entre las 6:30 y 7:00 de la mañana, cuando dos tipos lo interceptaron en uno de los andadores y lo amedrentaron con un arma punzo cortante, por lo que de inmediato entregó su celular y la cartera con el poco dinero que tenía.

Por su parte, Antonio Rivas refirió que a sus vecinos le robaron a bordo de un taxi, al que abordaron después de salir de una fiesta familiar, donde prácticamente les hurtaron hasta la ropa; sin embargo, cuando fueron a interponer la queja en el Sindicato “Andrés Quintana Roo”, se dieron cuenta que era un vehículo “pirata”, por lo que no les brindaron atención.

En el caso de Arturo Vega, fue víctima de robo de camino a su casa, después de trabajar, en la Región 92, pero lo que realmente le sorprendió fue que los delincuentes eran unos adolescentes, quienes sin temor de nada le apuntaron con un arma, por lo que tuvo que dar sus pertenencias. “Prácticamente, eran unos niños, me dio mucha pena que a su edad ya estén destruyendo su vida”, señaló.

Héctor Gómez dijo que a cada rato roban afuera del cajero automático del banco que se encuentra cerca de su casa en la Supermanzana 26; “las personas que ya conocen como está la situación ahí ya no van, pero los que sólo van de paso o son visitantes, siempre son las víctimas, parece que nada más están esperando el momento de que alguien retire dinero, ya sea mucho o poco y a unas cuantas calles les roban todo”.

Sin embargo, otra dificultad a la que se enfrentan los afectados, es el largo trámite para interponer la denuncia y darle seguimiento a la misma, con la esperanza de recuperar su bien, según lo mencionado por dos víctimas de robo de sus vehículos.

En el caso de Jonathan S., fue víctima del robo de su motocicleta Yamaha, en el estacionamiento de su casa, ubicada en el primer cuadro de Cancún y si bien el robo no fue con violencia, aseguró que fueron más de tres meses de acudir ante el Ministerio Público para saber el estatus de su denuncia. “Le dimos seguimiento a la denuncia, hasta que un día nos avisaron que la habían encontrado, fui al corralón para identificarla, pero me costó trabajo porque tenía otras placas sobrepuestas y la habían pintado de otro color, luego nos dijeron que la moto había sido utilizada para cometer robos y estaba relacionada en varias averiguaciones previas en los dos meses desde que me la robaron, hasta que a través del número de serie resultó que, si era la mía”, comentó.

Pero para que se la devolvieran tuvieron que pasar varios días más, pues primero que nada se debía pagar todos los días que estuvo en el corralón, algo que le pareció injusto, pero lo tuvo que hacer, además de todo el papelero para que la unidad fuera liberada y al final de cuentas decidió venderla porque ya no quiso conservarla.           

Por otro lado, Alberto G. S. fue víctima del robo de su automóvil luego de acudir a un partido de béisbol en el “Beto Ávila”, pero por el tema del estacionamiento dejó su auto cerca de avenida del Bosque, en la Supermanazana 44, donde mucha gente se estaciona, pero al salir del partido se percató que su auto ya no estaba.

“Le preguntamos a un policía que estaba por el lugar y nos dijo que posiblemente una grúa se lo había llevado, pero me pareció ilógico porque estaba un auto adelante y otro atrás del mío y cómo lo iba a sacar la grúa; además, de que a los otros dos no se los llevó la grúa. Entonces fuimos a levantar el acta al Ministerio Público, nos pudieron datos, teléfonos y todo para avisarnos cuando lo encontraran; nosotros por nuestra cuenta anduvimos en los corralones, pero nada, ni siquiera nos dejaron entrar, te preguntaban modelo y marca y nos decían que no habían recibido ningún auto con esas características. Así se fue el tiempo y que más puede uno hacer, es como buscar una aguja en un pajar y nunca nos hablaron, esa es nuestra experiencia”, relató.

GC