La asociación "Padres Aliados por la Educación", encabezada por Héctor Santín Gómez, sostuvo que será muy difícil retirar la comida chatarra de las escuelas de la zona sur del Estado, principalmente, por el hábito alimenticio que tienen los niños.
Por una parte, consideró que la medida de la Secretaría del Educación de Quintana Roo (SEQ), de eliminar dichos alimentos ultraprocesados dentro de los planteles, es loable y de gran importancia para cuidar la salud de los y las estudiantes.
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Sin embargo, el presidente de la organización de padres de familia prevé que funcionará a corto plazo, pues los alumnos no están acostumbrados a comer sano o a los alimentos que planean ofertar y, a los pocos días, buscarán la forma de hacerse de frituras, bebidas azucaradas, alimentos con alto nivel en grasas y demás.
Además, añadió que alimentar con soya a los niños y niñas difícilmente se podrá sostener, además de que resultará en pérdidas para las cooperativas y, en consecuencia, para las escuelas.
"Me recuerda a cuando estaban las escuelas de tiempo completo. Dentro del menú estaba el comer soya y le preparaban comidas a los niños, pero no están acostumbrados, entonces finalmente no aterrizó y no se llevó a cabo", comentó.
Sobre la medida de mantener a 50 metros de distancia de los planteles escolares a los vendedores de comida ambulantes, Santín Gómez dijo que probablemente esta regla no será acatada.
Otro factor que consideró importante con relación al éxito de este cambio que busca la SEQ es que muchos padres de familia son quienes les llevan comida a sus hijos, los cuales pueden ser comprados en loncherías, cocinas económicas o demás establecimientos de venta de alimentos que pueden estar en su camino a la escuela.
"Muchas veces es el padre de familia quien lleva la comida al alumno y pues lo que alcanza a comprar cercano allá son empanadas o son fritangas, que de alguna manera es nuestra zona, estamos acostumbrados a comerlo", declaró.
Las autoridades educativas estatales dieron a conocer que a partir del mes de marzo se dejará de ofrecer y vender productos catalogados como comida chatarra, luego de una reforma de ley que se aprobó a nivel nacional y local.
