La muerte de un extranjero en el hospital integral de Kantunilkín, deja entrever las deficiencias del hospital de la isla de Holbox, donde no pudo ser atendido por el estado en el que llegó, aparentemente por una intoxicación etílica, mencionan los habitantes la isla, los cuales han afirmado en repetidas ocasiones que desde su remodelación en el sexenio pasado fue un engaño, ya que su equipamiento para atender el COVID-19 no estaba a disposición.
Davinson Espincer greer, era el nombre del infortunado sujeto de origen extranjero que de acuerdo a la información proporcionada llegó a la isla Holbox a pasar sus vacaciones, sin embargo, desde su arribo, comenzó a ingerir bebidas alcohólicas, que pudieron causarle la congestión, sin embargo, esta versión no ha sido confirmada por el hermetismo de las autoridades de salud de Kantunilkín y la fiscalía de esta ciudad.
Los hechos ocurrieron el pasado 3 de enero, cuando el turista fue ingresado al hospital de la isla de Holbox, pero al no contar con el equipamiento adecuado para atenderlo, se pidió el apoyo de la ambulancia de Chiquilá, para trasladarlo a Kantunilkín con la finalidad de que sea atendido por la emergencia.
Joel Pino Álvarez, Alcalde del puerto de Chiquilá, dio a conocer que ese día fue un apoyo que solicitó el hospital de la isla de Holbox para un traslado urgente en ambulancia al hospital de Kantunilkín, por una persona en estado de gravedad y de acuerdo a la referencia médica se canalizaba por la probable ingesta de alcohol y otros productos.
Externó que, al no encontrarse el chofer de la ambulancia, él tuvo que brindar el apoyo para traer al extranjero hasta Kantunilkín, donde más tarde se supo que falleció, aunque dijo desconocer las causas, puesto que sólo trasladó al paciente por emergencia y la solicitud de apoyo.
Con respecto al tema, en las instalaciones del hospital integral de Kantunilkín no se dio información al respecto, tampoco en la fiscalía, alegando que dicha información únicamente se puede proporcionar en la jurisdicción sanitaria número 2 de Cancún o en la fiscalía de la Zona Norte.
Para los habitantes el hermetismo con el que se conducen las autoridades, se debe a que no quieren afectar la imagen del destino turístico por las vacaciones de invierno que están por fenecer, sin embargo, con ello también ocultan las deficiencias que mantiene el hospital de la isla.
En marzo del año pasado también se registró el deceso de una turista extranjera, que aparentemente buceaba en la isla, y al no encontrar servicios de salud en la isla fue llevada a Chiquilá, donde falleció debido a que en ese momento no se contaba con servicios de ambulancia.
Apenas este 2 de enero el habitante Juan Rico Santana, recordaba en sus redes sociales la fraudulenta obra del hospital de Holbox, remodelada por fuera y pintada, incluso se construyó un área para atender COVID-19, sin embargo, actualmente quienes acuden a atención médica, deben incluso comprar sus medicinas.
Como se recordará durante el sexenio de Carlos Joaquín el hospital fue remodelado y se realizó la inauguración del inmueble, no obstante, fue una faramalla, debido a que los tanques de oxígeno y equipamiento fueron prestados de un hospital particular para que las autoridades estatales vieran todo en excelentes condiciones.
Consecuencia de la falta de equipamiento los habitantes que padecieron COVID-19, se vieron en la necesidad de salir de la isla para buscar atención en otros hospitales particulares, situación que sigue prevaleciendo a pesar de que es un importante destino turístico a nivel nacional y requiere de atención médica especializada por los miles de turistas que llegan cada periodo vacacional.
Por la distancia de Holbox a Kantunilkín, es indispensable mejorar los servicios, además de que no existe alguna ambulancia marítima y en situaciones de emergencia se deben recurrir a las lanchas turísticas, por lo que es una total negligencia por parte de las autoridades.
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HS