La Bahía del Espíritu Santo es un espacio de arena y mar que se ubica en las costas de Quintana Roo; para los quintanarroenses es común oír su nombre, sobre todo en temporada de huracanes, ya que es un punto de referencia (junto a Banco Chinchorro y Punta Allen) para la medición de la cercanía de un ciclón al estado.
Ubicada cerca de la Bahía de la Ascensión, fue descubierta en 1518 por el español Juan de Grijalva, quien se desempeñaba como explorador; recibe su nombre debido a la fecha de su descubrimiento: El 'Día de Pentecostés', celebrado bajo el rito católico, predominante en los españoles.
Sus playas de baja profundidad (característica que comparte con la Bahía de la Ascensión), aunque dificultan la navegación, beneficia a la vida marina, ya que se denota la variedad de especies de langostas que habitan sus aguas.
La Bahía del Espíritu Santo tiene dos comunidades pequeñas y pesqueras: María Elena y Punta Herrero; la bahía se encuentra dentro de la Reserva de la Biósfera de Sian Ka'an, y para llegar son necesaria dos horas aproximadamente desde Mahahual.
Al pertenecer a la también Área Natural Protegida, sus especies de fauna y flora, entre ellas los arrecifes, se mantienen en constante monitoreo y estudio científico para su rescate y preservación.
La Bahía del Espíritu Santo es también un espacio ideal para el ecoturismo, ya que está rodeado de selva, que permite observar a las aves que trinan entre sus ramas; sus aguas cristalinas permiten poder nadar, siempre y cuando se sigan las indicaciones para respetar la vida marina y no molestar a las especies.
Sin duda, Quintana Roo está lleno de sorpresas y de maravillas naturales que dejan boquiabierto al visitante que se aventura a conocerlas.
Con Información de Conanp y México Desconocido.
CG