La historia del Faro Celarain en Cozumel, se remonta a la primera mitad de los años 30, cuando fue construido por militares mexicano como sucesor de un faro de hierro erigido por los creadores de la Torre Eiffel que se encontraba en muy malas condiciones debido al salitre que lo carcomía por completo y dificultó su restauración y recuperación.
Su antecesor fungía como punto de referencia para las embarcaciones que pasaban frente a las costas de la isla y que con ella evitaban el impactarse contra la isla, de cara al imponente y azul Mar Caribe.
El Faro Celarain fue levantado con materiales duros como el hormigón y que se reforzó con varios anillos de metal pesado y grueso para evitar su caída, y que desde esos años se mantiene como vigilante de los barcos que pasan cerca de él, alertándolos con su destellante luz a la vista del horizonte marítimo mañanero en Cozumel.
Ya en el año 1934 Cozumel era tomada en cuenta en las rutas comerciales del Caribe, sobre todo entre las de Centroamérica, Florida, de la isla de Cuba y distintos puertos de México y Estados Unidos que la usaban como punto de conexión. Por eso decidieron en un principio reparar la torre metálica de 'Faro Eiffel', pero ya no había nada qué hacer para salvarlo, y quien dio lugar al nacimiento del Faro Celarain. También fue testigo del auge de la industria chiclera en el sigo XX, y que gracias a su haz de luz, evitó que muchas embarcaciones encallaran con los arrecifes coralinos de la Isla, evitando así dos grandes daños: los de los barcos y sobre todo, el ecosistema marino.
Sólo una vez fue testigo de la imprudencia marítima, cuando en 1950 un buque bananero procedente de Guatemala, se estrello demasiado cerca de él y cuyos dueños intentaron rescatar a toda costa; lo que logró fue que Charles Fair, propierario del buque, quedara enamorado de la isla, tanto que invitó a Cozumel a un miembro de la Revista Holliday, quien publicó en sus hojas un artículo sobre la isla, hecho que fue considerado como el primer detonante turístico internacional de la isla.
Este majestuoso faro, que se mantiene de pié como buen guardián de la isla de Cozumel, es de los primeros que reciben los rayos del sol para el territorio mexicano y quienes también soportan los primeros embates de los huracanes que han azotado al estado de Quintana Roo.
Está ubicado en la Punta Sur (también llamada Punta Celarain) de Cozumel y está abierto al público para visitarlo, actualmente se rige bajo las medidas sanitarias por el COVID-19. En su récord, diariamente suben a él alrededor de 300 personas deseosas de poder admirar las bellezas naturales que se ven desde su altura.
Para llegar hasta lo más alto del Faro Celarain, se debe subir una escalera de más de 130 peldaños; al llegar a donde está ubicada la fuente de luz, se puede observar la vista mas hermosa de Cozumel y del Mar Caribe, obteniendo también la vista de la gran Laguna de Colombia dentro de la isla.
Con Información de México Desconocido
CG