Expresión viva del corazón y religiosidad
TEKIT, Yucatán, 24 de octubre.- Con ferviente alegría y devoción, la grey católica de la comunidad participó en la concurrida misa y procesión con motivo de la fiesta de San Rafael Arcángel, conocido como patrón de los enfermos.
La mañana de ayer, el Pbro. Raymundo Pérez Bojórquez presidió la celebración eucarística en la parroquia de San Antonio de Padua, ante cientos de feligreses que se congratularon en festejar el onomástico del arcángel.
En su homilía el sacerdote recordó el ministerio del mensajero peregrino, exhortando a los parroquianos a pedir la intercesión del arcángel para hacer crecer esa fe, como una expresión viva del corazón y la religiosidad que se quiere ofrecer a Dios.
Posteriormente, arropado por la ferviente devoción de los lugareños, las dos efigies de San Rafael Arcángel, la peregrina y la de la capilla, salieron del templo católico en medio del tronar de los voladores, el repique de las campanas y las melodías de las agrupaciones.
Ataviados con el atuendo de peregrino, con bastón, cantimplora y su pez, las imágenes recorrieron las calles de la plaza principal de la mano de grupos de caballeros que se fueron turnando para sostener las veneradas efigies religiosas.
La caminata, realizada bajo un sofocante calor, estuvo encabezada por las banderas y estandartes de los gremios católicos, portados por elegantes mestizas. Así mismo, las agrupaciones musicales ofrecieron melodías que amenizaron el derrotero.
A su retorno a la parroquia, la feligresía dio signo de devoción y veneración a las dos imágenes, aprovechando varios minutos para contemplar fijamente las efigies y elevar oraciones en silencio. Por su parte, el mariachi dedicó varias melodías.
Posteriormente, se efectuó la entrada de los gremios católicos en decoro a San Rafael Arcángel. La procesión de fe, encabezada por el sacerdote, marcó la culminación de los festejos religiosos y profanos efectuados en la parroquia.
El arcángel Rafael es representado como un peregrino. Su nombre significa “medicina de Dios”, que se refiere no sólo a la salud del cuerpo, sino también a la salud del alma; en las historias bíblicas se le ha dado el papel de sanador.
(Carlos Ek Uc)