Lorenzo Salas González
Costó un poco de tiempo y esfuerzo que ciudadanos sin experiencia política acepten finalmente que los integrantes de la coalición encabezada por MORENA pueden ser originarios de diferentes partidos, así sean de ideologías y principios encontrados, pero desde que se hizo la coalición saltaban a la vista las diferencias entre el Partido Encuentro Social (PES), el Partido del Trabajo (PT) y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
El maravilloso espíritu solidario de todos fue calmando las aguas y se pudo navegar sin mayores sobresaltos. Cuando hay una honesta forma de actuar se pueden zanjar las diferencias, sin egoísmos, protagonismos y deseos de perjudicar al que no piensa como uno.
De las decisiones que ha tomado Morena, hay algunas muy polémicas, pero con las explicaciones, con la información que se transmite por las redes o en los medos en los que no impera la maldad o la intención de dividir porque así se los han mandado los dueños del poder, se acaba aceptando que la decisión es la mejor para todos, no sólo para Morena, sino también para la clase trabajadora.
La Consulta que hoy debe terminar, generó debates y descontentos, pero en los empresarios que ya han invertido en el lago de Texcoco. En Facebook, por ejemplo, no encontramos uno solo de los participantes que se inclinara por esta opción. La inmensa mayoría, con razones diferentes, coincidieron en apoyar que el aeropuerto se haga en Santa Lucía.
De nada sirvieron el desprecio de los empresarios a la ciudadanía y las ofensas que porque carece de los conocimientos técnicos para decidir. En la democracia se respeta la voluntad de la mayoría, no la de un pequeño grupo que usando su enorme poder económico y sus poderosos medios de comunicación, intentaron imponer su voluntad. Lo ha dicho AMLO: Es un buen ejercicio democrático y se seguirá consultando a lo largo del sexenio una vez que tome el poder.
Aun sin ser presidente, las acciones de Morena van en consonancia con lo expresado por López Onrador a lo largo de la campaña electoral. Por ejemplo, el tan nefasto outsourcing aprobado por los prianistas, ya entró a estudio en la Cámara Diputados para ser eliminado. Como el lector recordará, con este recurso empleado por los empresarios, los trabajadores se quedaban sin prestaciones –médico, medicinas, derecho al descanso, vacaciones, antigüedad, etc.—las que muy pronto se recuperarán.
Luego, el tan vituperado y criticado Napoleón Gómez Urrutia –ahora Senador—rescató del olvido el Acuerdo 98 de la Organización Mundial del Trabajo que, entre otras cosas favorables a los trabajadores, defiende su libertad de afiliarse al sindicato de su preferencia y, muy importante, la democracia para la elección de los líderes sindicales y la dignidad laboral en todo centro de trabajo.
Sólo hemos mencionado dos de los muchos avances y rescates que están realizando los legisladores morenistas, de tal modo que sobresalen por contraste las traiciones de los partidos derechistas a la clase laboral.
Lo más importante es que los trabajadores se están dando cuenta de qué lado está cada partido y por eso luchan dentro de Morena porque ya están conscientes de que los acontecimientos los seguirán fortaleciendo si se mantienen unidos, porque la responsabilidad es compartida. Ya no más confianza hacia los que se dicen sus representanes. La responsabilidad es de todos, dirigentes y dirigidos. Lo padecido durante 80 años fue demasiado. ¡Ya no más!