Rolando Bello Paredes
Mini Bocadillos
Resulta que “la moral ya no es un árbol que da moras”, sino que ahora será una Constitución.
Otro de los ejes del Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024 es el denominado Regeneración ética de la sociedad“, que destaca dos rubros: “La regeneración moral” y “La regeneración ética”.
Una primera impresión del que se enuncia así: “La Regeneración moral es al mismo tiempo un medio y un propósito de la Cuarta Transformación. La Constitución Moral propuesta no pretende imponer conductas o valores a nadie sino ofrecer lineamientos de convivencia entre individuos y deberes para con la colectividad”.
El presidente electo dijo sobre el asunto: “Necesitamos fortalecer valores, y en nuestro país hay una gran riqueza en valores, una gran reserva de valores culturales, morales, espirituales. Entonces los queremos exaltar, ponerlos por delante, por encima de todo para que de esta manera sí podamos llevar a cabo la Cuarta Transformación de la vida pública del país” (POR ESTO! 16 noviembre 2018).
Para la “Constitución Moral” habrá, cómo no, una consulta, a partir del siguiente lunes 26. Aunque, para conocimiento de los interesados, uno de los que elaborarán el documento moralista, José Agustín Ortiz Pinchetti, señaló expresamente que una de sus características es que “la Constitución Moral no es un instrumento jurídico. Evidentemente no será obligatorio”.
¿Serán sus reglas como se dice de las llamadas de las campanas a misa, que el que quiera las atiende, y el que no, ni caso les hace?
Es difícil de concebir esta idea del presidente electo. ¿Pretende imponer una moral única en todo el país? ¿Es posible hacerlo? ¿Nos convertiremos todos en personas buenas, a partir de dicha constitución? ¿Sin una constitución moral no habría cuarta transformación?
No entiendo entonces cuál sería la finalidad de este documento moralista de la administración federal que inicia el 1 de diciembre próximo.
Hay que prestar especial atención al asunto. Un investigador de la Universidad Iberoamericana percibe: “Este planteamiento puede suponer una violación a la actual Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El artículo 24 indica que los ciudadanos gozan de libertad de convicciones éticas y de religión y tener o adoptar, en su caso, la de su agrado” (El País 21 febrero 2018).
Antes, el gobernador de Yucatán, en su mensaje de inauguración de su alto cargo, pidió a sus secretarios ejecutivos, “que ejerzan la función pública de acuerdo a valores éticos” (POR ESTO! 2 octubre 2018).
Juárez, a quien el presidente electo dice admirar y pretenderá emular, sostenía que el principio fundamental en toda sociedad civilizada era y es el de la legalidad.
Así las cosas, preferiría, reitero, que ambos gobernantes exijan siempre, antes que tratar de imponer reglas morales, el exacto cumplimiento de la ley.