Gerda Gruber Jez y María de Fátima Margarita Molina Zaldívar recibieron anoche la Medalla Yucatán 2018 en un evento en el Salón de la Historia, donde la Secretaria General de Gobierno, María Fritz Sierra, expresó que ambas son “dos mujeres tan aparentemente disímiles en sus ocupaciones, pero tan esencialmente iguales en su proyección comunitaria, que es lo que las hace verdaderamente valiosas”.
En su mensaje, la titular de la SGG, en representación del Gobernador Mauricio Vila Dosal, dijo que “eso es también lo que las hace ejemplares para mí y me llena de orgullo compartido de congénere, porque son la prueba de que el empoderamiento de la mujer no se deriva del solo hecho de serlo, sino de lo que la condición y la sensibilidad femeninas son capaces de lograr con valentía, constancia, entrega, desapego y espíritu de servicio”.
Resaltó que el Gobernador, sin duda, es un convencido del valor que implica la participación de las mujeres en el desarrollo económico, artístico, social y político de nuestro país.
“La mejor prueba de ello es la inclusión que hizo de un importante número de mujeres en puestos de primera línea de su equipo de trabajo, al frente de secretarías, así como en las entidades paraestatales del Gobierno del Estado de Yucatán y, en especial, con la creación de una Secretaría de la Mujer”, dijo.
Dos mujeres ejemplares
“En lo personal, me llena de orgullo que este año hayan sido elegidas para recibir esta presea dos mujeres ejemplares”, expresó en la ceremonia efectuada en el Palacio de Gobierno.
“Gerda Gruber Jez, cuya genialidad artística basta para premiarla por su aportación individual a la cerámica y a las artes plásticas en general, como lo demuestran los múltiples reconocimientos y premios obtenidos en su fructífera carrera, va más allá de sí misma y se desborda en el servicio a los demás mediante la docencia, la fundación que ella misma crea y la larga trama de relaciones que a través de esta fundación borda con instituciones nacionales e internacionales, en el afán de compartir con otros los secretos de su arte y proporcionarles buenas herramientas para mejorar sus vidas”, dijo.
“María Margarita Molina Zaldívar enfoca su sensibilidad al altruismo para proteger y esculpir valores en las almas infantiles, como en la nobilísima obra “Save the Children”, de cuyo Capítulo Yucatán es fundadora, así como para generar oportunidades para muchas más personas mediante su largo camino de voluntariado y liderazgo en diversas instituciones y fundaciones, incluyendo desde luego la presidencia del Patronato de la Orquesta Sinfónica de Yucatán. Una vida puesta al servicio de sus semejantes precisamente para lo mismo: mejorar sus vidas”, indicó.
De las dos galardonadas, sólo Molina Zaldívar habló. “Antes que nada, deseo resaltar que para mí es un honor compartir esto con Gerda, mujer extraordinaria y artista talentosa, destacada como creadora, sus grandes aportaciones a la cerámica artística de este país, promotora de nuevas generaciones”.
Recinto excepcional
Además, subrayó que “es un honor que la ceremonia se celebre en el Salón de la Historia, rodeado de los extraordinarios murales de Fernando Castro Pacheco, en la centenaria casa, espacio del Poder Ejecutivo, donde se toman las principales decisiones para la vida de los yucatecos”.
Dijo que el reconocimiento le llegó “en un momento significativo de mi vida que me ha llevado a una serie de reflexiones, movió en mi memoria recuerdos, vivencias de hace muchos años. Se dice que el deseo de dar se aprende de la familia y en la mía así fue, socorrer a quien lo necesitaba era un modo de vivir”.
“A través del donativo de cosas materiales y, si bien era el camino para resolver momentáneamente las carencias, no era el camino de la solución, pero la vida me puso en situaciones de ayudar a las personas, sin recibir remuneración alguna, así aprendí el sentido del voluntariado en hospitales de la Ciudad de México”, agregó.
Relató que cuando conoció “Save the Children”, que trabaja en 124 países del mundo y enseña a los niños a superarse y a tener un futuro mejor a través de la educación, reflexionó y cuando volvió a Mérida pensó que tenía que estar en Yucatán. En el 2003 ya trabajábamos en Tixcacalcupul y dos años después en dos colonias del Sur.
“El proyecto sigue creciendo y dando frutos, hay actividades con más de 9 mil niños y niñas y 49 escuelas de educación básica y sitios de varios municipios del Estado. Mi agradecimiento por la oportunidad de abrir juntos un camino en la tierra y ofrecer un futuro mejor a niñas y niños yucatecos”.
Regalo inesperado
Señaló que “en el 2014 me llegó un regalo inesperado, el Patronato de la Sinfónica, fue un gran honor y un gran reto. Había sido seleccionada para seguir el extraordinario trabajo que inició Adolfo Patrón Luján y un importante grupo de la sociedad civil. Fue un reto porque debía llevar la Orquesta a otro nivel”.
“Fuimos creando más público y abriéndola a los niños y no tenía idea de cómo me ha motivado este proyecto, orgullosa de los logros y de la proyección cultural de Yucatán”, puntualizó.
Subrayó que la Medalla Yucatán “representa un aliciente en mis 25 años de convicción de ayudar, aportar algo de mí, seguir el ejemplo y las enseñanzas de quienes están presentes en mis pensamientos, mi madre y mi abuela. Quiero agradecer a mi guía, a mi modelo, a mi compañero de 40 años, Adolfo Patrón Luján, quien me enseñó a tener compromiso cívico”. “Quien no ha experimentado la satisfacción de dar no ha tenido una vida completa”, dijo citando a su esposo.
El jurado dictaminador estuvo integrado por Roberto Abraham Mafud, Alonso Elías Gutiérrez Espinosa y María Teresa Mézquita Méndez. Esta última leyó el laudo correspondiente.
Y Abraham Mafud hizo lo propio con la semblanza de Molina Zaldívar, de quien dijo se graduó como psicóloga en la Universidad de Las Américas, Puebla, donde impartió clases. Luego fue trabajadora voluntaria de la Unidad Psicosocial del Hospital General de México y en Yucatán impulsó el programa altruista “Save The Children”.
Ha dejado huella
Alonso Gutiérrez Espinosa leyó la semblanza de Gruber Jez, de quien dijo que desde que llegó a México ha dejado marca sobre sus exploraciones matemáticas y tridimensionales, exponiendo en museos de toda la República, su trabajo lo encaminó a la exploración del barro mexicano, y fundó la primera generación de escultores de cerámica en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM.
Forjó la Fundación Gruber Jez, Promoción y Educación en las Artes, A.C. Un taller de experimentación escultórica y una nueva escuela de escultura en la región”, indicó.
En el evento, el Coro de Cámara Yucatán interpretó “Despierta, paloma”, de Coqui Navarro, y “Aires del Mayab”, de Pepe Domínguez.
Estuvieron la Secretaria de la Cultura y las Artes, Érika Millet Molina; el alcalde Renán Barrera Concha; las diputadas Paulina Viana y Lila Rosa Frías Castillo, y el director de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, Irving Berlín Villafaña, entre otros.
(Rafael Gómez Chi)