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Yucatán

Se los encomiendo a Dios y en mis oraciones

PROGRESO, Yucatán, 29 de noviembre.- En esta temporada de nortes, que está afectando las costas yucatecas, hemos tenido una buena temporada de captura de pulpo y ahora de carito, sierra cazón y robalo, y no la estamos viendo tan difícil.

Doña Aida Cuá Dzib de 73 años de edad, hoy viuda, nos comparte cómo viven las familias de los pescadores en Progreso. En su familia todos son pescadores, gente que siempre está en el mar. Cuando están en casa los consiento los abrazo, y ahora que están pescando, se los encomiendo mucho a Dios en mis oraciones todos los días.

Mi esposo toda su vida fue pescador y falleció de cáncer, la vida de la esposa del pescador es hacerla de padre y madre a la vez, debido a que cuando éstos salen a trabajar, nos quedamos a cargo de la casa, de la educación de nuestros hijos, por unos 15 o 20 días que estos trabajan en altamar para el sustento de la familia.

En mi caso, soy una persona a la antigua, tengo mi bastidor y urdo hamacas, también leo diariamente mi Biblia, hago mis oraciones por mis familiares ausentes y por mis hijos que están pescando, cocino mis alimentos y me entretengo con los perros.

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Meily Pech Ricalde, joven esposa del pescador, madre de dos hijos, hace mención que su padre es pescador por, esta aprendió de su madre cómo se maneja a la familia cuando el padre se ausenta por cuestiones laborales en la pesca.

Cuando mi marido sale de pesca deja dinero en casa, que es su anticipo, con esto se programa el gasto de los días que este estará ausente, en mi caso llevo a mis hijos a la escuela, reviso sus tareas estoy pendiente de los pagos de energía eléctrica, de agua potable, gas butano y de todo lo que se tiene que comprar.

En casa hay que poner orden con los hijos, porque si se enferman acudo con las familia; si el dinero se acaba vamos con el propietario del barco o la esposa del patrón y nos apoyan en el gasto.

Cuando mi marido retorna hace cuentas con su patrón y desde luego, todos esperamos la llegada del jefe de la casa con buena pesca, debido a que hay tiempos buenos y también malos.

Alejandra Basto Ortiz, acude al muelle de la caleta este jueves está en espera que arribe al puerto su marido, este sale en jornadas cortas a tirar redes.

Su marido, Angel Hernández, conocido en círculos pesqueros como “Dieciocho”, debido a que le faltan dos dedos de la mano, ésta acude a esperarlo, cuando las condiciones climatológicas se lo permiten.

Cuando éste llega le llevo su desayuno, que son tamales, éste le menciona que primero en el trabajo es la descarga de la pesca, y degustar sus tamales de manera tranquila.

Para después, ir a casa para descansar unas horas y por la noche, de nuevo a tirar redes para sacar el gasto del día, para la familia.

(Julio Jiménez Mendoza)

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