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A partir del convenio de Estambul, en el que se establecieron nuevas normas para combatir la violencia de género, es que se ha estado yendo hacia un nuevo modelo peligroso en el que ya no se juzga a partir de las pruebas, sino de los dichos de la mujer y eso no puede permitirse, señaló la investigadora Mirentxu Corcoy Bidasolo, de la Universidad de Barcelona.

La doctora Corcoy dio una conferencia a estudiantes de la Universidad Modelo en la que habló sobre violencia de género, mujer y derecho, y de los delitos contra la libertad sexual y la problemática a partir del convenio de Estambul.

Pero advirtió que, en estos momentos, “se está exagerando cómo se debe proteger a las mujeres, se sobrepasa en garantías constitucionales que ya estaban desde antes como el derecho de defensa.

Resulta que ahora la carga de la prueba se invierte, sirve únicamente la declaración de la mujer para condenar y eso infringe derechos que ha costado implementar, además, está produciendo un contagio en otro tipo de delitos”.

La especialista consideró que la violencia contra la mujer es una problemática que no se va a solucionar con penas más duras, sino en otros niveles como el de la educación, porque de lo contrario se afectan principios básicos de derecho penal, tales como la presunción de la inocencia.

“En España está ocurriendo, pero se generaliza en otros países, la mera declaración de la víctima no es suficiente, pero es un criterio que se está imponiendo”, dijo.

A una pregunta de cómo es posible que se pretenda hacer justicia de esa manera, dijo que es de suponerse que el feminismo ha luchado muy fuerte, que tiene razón en muchas cosas, pero las balanzas se han ido del otro lado.

Problema cultural

La balanza de la justicia no está equilibrada, está absolutamente desequilibrada, y no es la solución. Con eso no hemos conseguido acabar con la violencia de género. No se ha acabado porque es un problema cultural, es un tipo de delito que no sirven las penas, sino la educación, porque se comete en momentos de tensión, de instintos, no es un delincuente racional y existen, pero en este ámbito no.

Allá en España hay muchos que matan a la mujer y luego se suicidan, puntualizó.

Sin embargo, advirtió que incluso con educación y mayor cultura tampoco se resuelve tan fácil. Puso de ejemplo a los países escandinavos, donde a pesar de los niveles de educación y de cultura, son de los más altos de violencia de género, no se ha erradicado, no es fácil, es el instinto, para mí sólo la educación desde la infancia, no sólo en el colegio, sino en la casa.

“Desde hace muchísimo tiempo se toman acciones y se ven programas, a nivel de muertes no, ni de violencia, pero de sensibilización de la sociedad, el caso de México lo conozco poco, pero España y otros países, Argentina, Chile, Colombia, se nota mucho”, indicó.

Señaló que España es el tercer país en el menor número de crímenes, incluso a nivel de violencia de género. Ha disminuido pero es difícil, porque las estadísticas mienten mucho, antes no denunciaban y ahora sí. En España hay denuncias falsas porque facilita la custodia de los hijos, facilita el divorcio. La decana de la justicia dijo esto y la destituyeron. Pero yo sí lo puedo decir, finalizó.

(Rafael Gómez Chi)

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