Senadora Angélica Araujo Lara
El próximo año habrá procesos electorales en Quintana Roo, Aguascalientes, Durango, Tamaulipas y Baja California, aunque en éste último estado será el único donde se elegirá al Gobernador.
Esta será la primera prueba de fuego para el PRI luego de la peor derrota en toda su historia el pasado 1 de julio.
Aunque el estado fronterizo ha sido dominado en los últimos años por el PAN, en mi partido encaramos el reto de reponernos de los resultados adversos que los ciudadanos nos propinaron en las urnas.
Y esto tiene que ser cuanto antes, tan urgente como un electroshock cuando se trata de reanimar a un paciente con el corazón débil.
Por ello, todo cuanto vayamos a hacer como partido tiene que ser radicalmente diferente y encaminado a conseguir mayor número de votos, mantener los espacios que aún tenemos y reconquistar los que perdimos.
Tenemos que encarar la realidad y ser honestos para aplicarnos a nosotros mismos ese mensaje implacable que obliga al cambio, pues proseguir con las mismas prácticas equivaldría a consumar un suicidio político y por consiguiente perder las siguientes elecciones.
La renovación de nuestra dirigencia nacional, de las dirigencias estatales y de los diferentes espacios de representación permiten la primera oportunidad para demostrar que los priístas aprendimos la lección del pasado 1 de julio y estamos dispuestos a cambiar de fondo para que los hechos den fuerza al discurso.
Insisto en este tenor porque percibo en diferentes escenarios que todavía hay figuras que se aferran a estilos de hacer política y a grupos cuyas cartas fueron rechazadas por los ciudadanos.
Al parecer, a algunos aún “no les cae el veinte” de que como partido necesitamos renunciar a los intereses personales y ponernos a trabajar en un solo frente, pues de lo contrario el PRI estaría condenado a un prolongado destierro político.
Por ponerles un ejemplo, el pasado lunes asistí a una misa oficiada en el Cementerio General de Mérida con motivo del aniversario 14 del fallecimiento del ex gobernador Víctor Cervera Pacheco, y en ese marco el líder del Frente Unico de Trabajadores del Volante, Héctor Fernández Zapata, aseguró que Don Víctor estaría “enojado con quienes comprometieron su palabra y traicionaron sus principios”.
A través de las redes sociales también han surgido voces críticas que plantean la urgencia de replantear el camino.
Como senadora postulada por el PRI asumo la responsabilidad que me toca en los momentos que hoy vivimos, en consecuencia de la convocatoria formulada por nuestro Consejo Político Nacional.
Tendremos que ser una oposición responsable y propositiva, capaz de sumar, de dialogar, pero también de exigir cuando así se trate.
Tenemos que trabajar a la par con nuestra militancia y poner el ejemplo, pues el único privilegio que debe prevalecer es el de servir y nunca más servirse de los cargos y de los ciudadanos.
La voz ya está dada en nuestro Consejo Político Nacional para resurgir y reconquistar espacios.
Como mujer, priísta, arquitecta y con el aprendizaje intensivo que la vida me ha permitido en los últimos años aportaré cuanto esté a mi alcance para que el PRI esté en condiciones de servir con toda su capacidad y fortaleza a los ciudadanos.