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Yucatán

Yo deseo poco, y lo poco que deseo, lo deseo poco…

Dra. Sylvia Zenteno RuanoAlerta Ciudadana

 

“Yo necesito pocas cosas y las pocas que necesito, las necesito poco”.Giovanni di Pietro Bernardone; Asís, 1181-1226. En italiano es conocido también como “Il poverello d’Assisi”, es decir, ‘el pobrecillo de Asís’.

La primera vez que escuché estas palabras, las entendí ratificadas por los hechos. La fortuna y el amor, me permitieron conocer a un hombre de carne y hueso, que había renunciado a la riqueza -que en su momento tuvo-, para unirse, desde su izquierdoso y guerrillero corazón, a esta filosofía franciscana. A mis actuales 31 lectores no les he platicado mucho de Milo,… a lo mejor, si me quedan de los antiguos, podrán corroborar lo que les digo ahora. Paso a contarles muy sucintamente. Ermilo Novelo Pacheco, original escribidor de esta columna Alerta Ciudadana, fue un luchador social de la más absoluta línea izquierdosa, quien siempre traía a San Francisco de Asís en su pensamiento y en su acción. Candidato por el Partido del Trabajo, a Presidente Municipal de Mérida, y a Diputado en otra ocasión por el PRD, nunca obtuvo los escaños, pero hizo mil obras por la gente y sirvió a tantos como pudo. Toreaba camiones salvajes de la calle 63 con su portafolio, reclamando a voz en cuello la “cafrería” de sus choferes, y defendía a todo tipo de personas, un día sí y otro también, desde su quijotesca figura, luchaba por restaurar sus derechos perdidos. Era un iluminado, con ideas claras del bien hacer, y como él decía, aconsejaba con su “filosofía de banqueta”. Mucha gente lo quiso, yo la primera, y sí, él me enseñó sobre San Francisco…

Fue hijo de un próspero comerciante de telas, miembro de la burguesía de Asís, quien nace en 1181 como Giovanni, y por mostrar gran gusto por estar en París, su padre lo apoda Francesco o “el francesito”. Giovanni recibió la educación regular de la época, y de joven se caracterizó por una vida despreocupada, haciendo grandes gastos cuando andaba en compañía de sus amigos, en correrías periódicas, daba pródigas limosnas; deseando, como cualquier hijo de un potentado, convertirse también en un hombre rico.

Fue hecho prisionero y estuvo cautivo por lo menos un año en una guerra contra Perugia, como parte del ejército papal, y quizá su estancia en prisión le permitió analizar su actuar, ya que posterior a este tiempo, empezó a mostrar una conducta de desapego a lo terrenal.

Un día en que se mostró en un estado de quietud y paz, sus amigos le preguntaron si estaba pensando en casarse, a lo que él respondió: …“Estáis en lo correcto, pienso casarme, y la mujer con la que pienso comprometerme es tan noble, tan rica, tan buena, que ninguno de vosotros visteis otra igual”…?fue después de reflexiones y oraciones, que supo que la dama a quien se refería era la Pobreza.

De estos inicios nace bajo sumisión a la autoridad católica, la congregación formada por el ahora conocido como Francisco el de Asís. Se sabe que el 24 de febrero de 1208, Francisco escuchó del Evangelio: No lleven monedero, ni bolsón, ni sandalias, ni se detengan a visitar a conocidos... (Lucas, 10). Hecho que determinó su cambio por la vida austera y la prédica del Evangelio. Se quitó de sus ropajes y se vistió de sayal y su mensaje fue escuchado con atención, siendo entonces ejemplo seguido por una buena mayoría de los católicos, quienes en ese tiempo optaron por alejarse de la búsqueda de la opulencia.

Y seguro, si la curiosidad de saber quién fue San Francisco de Asís, los llevó hasta aquí, se estarán preguntando porqué lo traigo a esta columna, eminentemente crítica. La respuesta es muy clara. Estamos viviendo en nuestro planeta en general, y en México en particular tiempos de crisis, tiempos adversos y de violencia, que se sitúan en el polo contrario a las lecciones que Francisco daba a sus seguidores. Así, por la necesidad de retomar algunas de sus ideas, es que vuelvo a la instrucción de Milo, que siempre encontraba en Francisco, o en Gandhi, las respuestas que necesitaban las personas que se acercaban a él.

Ahora yo lo necesito, para encontrar algo de paz en estos turbulentos días, donde el dolor antiguo de la pérdida de amigos y compañeros médicos y enfermeras, en el 19 septiembre de hace 33 años, se mezcla con las imágenes dolorosas del 2017, o con la indignante noticia de que fueron hallados los cadáveres de más de 300 personas en dos tráileres en Guadalajara, donde “las autoridades” dejaron de ser seres humanos. ¡O sea! ¡¿Dónde y cuándo se perdieron esos valores, que aun en estado de guerra, se daban tiempo para enterrar a sus muertos?! Cómo se entiende que una Fiscalía encargada de preservar el orden y la justicia de un estado como Jalisco, contrate tráileres refrigerados para “guardar” a los muertitos que “les sobran”… “porque ya no caben“.

No sé ustedes, pero mi corazón está apretado e indignado hasta el tope, ya me rebasa y me rebosa la indignación de todo lo que leo y veo en las noticias, y entonces, además de recurrir a mí “filósofo de banqueta”, siento que no podemos dejar de actuar rápida y funcionalmente para neutralizar tanto desperfecto.

Para ahondar en la reflexión, de la importancia que tiene el que nos pongamos las pilas y empecemos a darle, les comparto parte de un mensaje que mi amigo Pablo Duarte me envió y que puede servir para analizar hoy.

… “Se dice que un famoso equilibrista colocó una cuerda a través de las Cataratas del Niágara, y anunció que ofrecería allí una función. Multitudes llegaron a presenciar la hazaña.

Cuando llegó la hora, le hizo señal a la multitud de que guardara silencio y les preguntó:

“¿Ustedes creen que puedo atravesar sobre la cuerda?” las cataratas “Siií...!” tronó la multitud.

El hombre se subió a la cuerda, pasó y volvió y fue ovacionado. Les volvió a hacer señal de silencio. Tomó una silla, la colocó sobre su hombro, y preguntó: “¿Creen ustedes que puedo atravesar con la silla?” Se oyó otro estruendo: “Siií...!” El hombre fue y volvió y recibió muchos aplausos. Volvió a hacer la señal de silencio. Luego preguntó: “ ¿Creen ustedes que puedo pasar con un hombre sentado en esta silla, sin que caiga ninguno de los dos en las cataratas?” La alegría y el entusiasmo desbordaban. De en medio de la multitud se oyó un “Siií...!”

Con mucha seriedad el hombre preguntó entonces: “¿Quién es el primer voluntario para sentarse en la silla?” Un silencio sepulcral se apoderó de la multitud. Sólo se podía percibir el ruido de los pies que buscaban la manera de alejarse del equilibrista”...

¡¿OK?!...¡OK! ¿SE ENTIENDE?

Estamos viendo la procesión y no nos estamos hincando, estamos escuchando cómo unas pocas personas están ofreciendo dejar el pellejo en la búsqueda del bienestar de todos. Y en vez de esperar los tiempos y de ser mesurados estamos dirigidos mañosamente por los “comentócratas” de moda, -como el tal Jorge Castañeda, que peleó su derecho de seguir siendo comentócrata de Pepe Cárdenas-, para exigir, criticar, pedir sin “llenadera” que se nos resuelvan todos los problemas y… ahoritita… masticado y en la boca.

Desear poco, y lo poco que deseas desearlo poco, no va con el individualismo egocéntrico y egoísta de la moda, ¡qué va! Tenemos a un presidente electo caminando en la cuerda floja que ha ido y venido tratando de lograr la transformación que este PUEBLO necesita… y antes aún de que sea presidente en funciones, lo hemos llenado de solicitudes para más y más y más.

Entonces es una maravilla pensar quiénes son “los trinchones”, que se quieren “sentar en la silla y caminar por la cuerda con él”. El que no esté dispuesto que se quede en la orilla y que se calle su boquita.

¿Dudan que pueda existir un cambio verdadero? Es correcto y lógico, nos han tomado el pelo muuuuchas veces, y la duda es un sentimiento meramente humano, pero demos espacio para OBSERVAR y como consecuencia ANALIZAR si las decisiones que está tomando López Obrador realmente son prueba de que está cediendo terreno al enemigo, o solamente son negociaciones políticas que persiguen su objetivo claro y conciso de sacar adelante a esta nación.

Su lema es “solo el pueblo organizado puede salvar al pueblo”, …nunca lo he escuchado diciendo YO voy a salvar al pueblo, entonces sentémonos en la silla… vayamos paso a paso CON ÉL, deseando lo justo y lo necesario, sin pedir de más. Recuerden no es lo mismo estar en las gradas gritando ¡ole!... , ¡ole!, que estar abajo con el capote frente al toro.

López Obrador se está enfrentando al dragón de las mil cabezas, son potencias mundiales que están tratando por todos los medios y a cualquier costo de seguir explotando a México, por un lado, y por el otro está enfrentando a “la mafia del poder”, que ciertamente ahí está actualmente agazapada y “calladita”, pero sigue al asecho y es una de las más poderosas a nivel mundial.

Crimen organizado, narcotráfico internacional, tráfico humano, prostitución, tráfico de influencia, lavado de dinero, corrupción en todos los niveles por mencionar algunos de los retos, lo ponen en la disyuntiva peligrosa de decidir si le juega de radical y le quitan la vida, o avanza a paso lento y cuidadoso. No podemos pecar de ingenuos, las promesas de campaña no se van hacer realidad de la noche a la mañana, se requiere de muchísimo tiempo y esfuerzo de TODAS y de TODOS. Entonces me pregunto y les pregunto… nosotros como PUEBLO ¿estamos comprometidos con el cambio?, o sólo juzgamos, enjuiciamos y condenamos las decisiones y acciones que toma el Peje y su gabinete, como cuando criticamos al entrenador de la selección ¡desde nuestra sala!

Amables lectores entremos en acción y subamos a la cuerda que nos pasará al otro lado de los problemas, dejemos esa postura de comentócratas negativistas que lo único que están haciendo -porque para eso les siguen pagando muuuy bien- y dejemos de exigir más y más. Aceptemos lo que es humanamente posible y metamos el hombro para conseguirlo. Les dejo por ahora. Recordemos a Milo y a Francisco, necesitemos poco. Yo los necesito a mis treinta y uno y con ustedes soy muy feliz, les espero en [email protected] o en el 9992 71 38 92

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