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Yucatán

'El quinto infierno” es ahora codiciada zona urbana

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“Yo no vendo mi casa para nada ni por nada. Estoy acostumbrado a estar acá y creo que esto debe seguir siendo habitacional”, afirmó Alfredo Baas Huchim, vecino fundador de la Unidad Habitacional Revolución, quien ante el crecimiento de esa zona de la ciudad defiende uno de los fraccionamientos más antiguos que ahora está rodeado de centros comerciales, supermercados, cines y desarrollos inmobiliarios, como Vía Montejo.

Acompañado por su amigo Manuel Jesús Alcocer Flota, con quien trabajó por más de 50 años en la paraestatal Cordemex, Alfredo afirmó que hace medio siglo, “cuando nos mandaron a vivir al quinto infierno” hubo protestas de muchos empleados de la fábrica de textiles, pero ahora, con tanto desarrollo inmobiliario y comercial, sobre todo, “ninguno de nosotros quiere vender su casa”.

En 1967, cuando el Gobernador Luis Torres Mesías puso la primera piedra del fraccionamiento, “a ocho kilómetros de Mérida”, una casa costaba, de contado, 35 mil pesos y 70 mil pesos a crédito. En la actualidad, una vivienda, la más pequeña, está valuada en 750 mil pesos.

El cronista encontró en venta cuatro casas en la Unidad Habitacional Revolución. La más barata está en 750 mil pesos y la más cara en un millón 750 mil pesos. Con tanta especulación de terrenos y con la cercanía de lugares como Vía Montejo, donde un apartamento puede llegar a costar ocho millones de pesos, el metro cuadrado de la Unidad Habitacional Revolución se calcula en alrededor de cinco mil pesos.

“Eso es mucho si tomamos en cuenta las diferencias con el resto de la ciudad, es una barbaridad”, comentó el director del Instituto de Seguridad Jurídica y Patrimonial de Yucatán, Rubén Segura Pérez.

Y es que esa zona de la ciudad de Mérida se mantuvo casi sin desarrollos hasta los primeros años de la década de los años noventa. En su sexenio, entre 1997 y el 2001, el Gobernador Víctor Cervera Pacheco se planteó hacer algo con las viejas instalaciones de Cordemex y construyó el Centro de Convenciones Siglo XXI, y junto con la Gran Plaza, de pronto, toda el área empezó a adquirir mayor valor.

En la actualidad la Unidad Habitacional Cordemex ha quedado en una posición inmejorable. Además de que la calle que da la 60 norte está llena de comercios de todo tipo, tiene enfrente al centro comercial Galerías con una de las tiendas departamentales más caras de México, Liverpool, y a un costado se localiza la agencia de automóviles Saab y lo que fue la distribuidora de Hummer, compañía fabricante de camionetas que cerró por la crisis financiera mundial.

La Gran Plaza se amplió y es una de las más visitadas de la ciudad. En el terreno contiguo se levanta ahora otro desarrollo comercial que contendrá varias tiendas, locales y los vecinos dicen que hasta un hospital privado o un hotel.

Además del Centro de Convenciones Siglo XXI hay restaurantes, supermercados, hoteles como el Holliday Inn Express, el Fiesta Inn y el Hampton by Hilton. Recientemente se abrió el Ibis Styles y Galerías tiene una segunda parte. Asimismo, detrás de la Unidad Habitacional Revolución hay una zona de casas de alto valor económico que abarcan hasta San Ramón Norte. Una calle conecta a San Angelo y al City Center.

Hace 50 años nadie quería ir a vivir en “el quinto infierno”, pero ahora numerosos empresarios buscan hacer negocios por la gran plusvalía de los predios, gracias a los desarrollos comerciales y a la especulación que hubo mucho tiempo con los terrenos.

Sin embargo, Alfredo y Manuel no venden por nada sus casas. “Esto debe seguir como fraccionamiento, mucha gente vive acá, de los antiguos el 50% están, los demás se fueron a otro lado o ya fallecieron”, apuntó Alfredo y calculó que quedan 200 familias fundadoras.

“Yo vine en 1968, en noviembre. Era empleado del almacén general de Cordemex, y vine con mi esposa y mis hijos que eran chamaquitos, aquí fueron a clase en la primaria, aquí crecieron ellos”, destacó en la conversación con los reporteros desde su estanquillo llamado Kalimán, en el viejo mercado.

—Pero entonces debe seguir siendo para vivir esto —precisó el reportero.

—Creo que sí, hay mucha gente que ya se habituó acá.

—¿Y cómo era la vida cuando comenzaron?

—Cuando empezamos veníamos en el camión que iba a Progreso, pero teníamos servicio hasta las siete de la noche, si queríamos tardar más en el centro o como decíamos, en Mérida, pues regresábamos en el del Tecnológico, te bajabas allá y venías caminando. A pie, como lo oyes.

Manuel Jesús interviene. Sentado en la silleta, con la mirada en ninguna parte, las manos entrelazadas, los pies cruzados en los tobillos, comentó: “Esto está superpoblado, vinieron de otros lados, no hay ni una casa deshabitada, muchos ya ampliaron sus casas. Es una colonia, fincada desde hace 50 años.

—¿Usted fue cordelero?

—Fui cordelero 55 años. Y vine a vivir aquí en 1969, el 12 de diciembre, el mero día de la virgen pasé a vivir acá. Y no voy a vender jamás; es más, quiero comprar más para mis hijos y mis nietos.

Comentó que la Unidad Habitacional todavía se mantiene en medio de tanto desarrollo con más de 10 mil habitantes. “El futurismo hace todo eso, antes acá había una tienda de consumo, donde está el Dunosusa y el Willys. Antes era de consumo para los trabajadores, luego pusieron una Conasupo. Ahora estamos rodeados de centros comerciales, Galerías, Costco, el Gran Museo del mundo Maya, los cines, Gran Plaza y la nueva tienda de deportes Decatlón, más Vía Montejo.

—¿Y eso les beneficia o cómo lo ve usted?

-En parte sí, lo que no tenemos acá, lo compramos cerca. Aquí se venden verduras, ropa, hay movimiento, se venden refrescos, billetes de lotería, pero muchos abandonaron sus locales porque están enfermos o se mueren.

La Unidad Habitacional Cordemex se construyó en junio de 1967 bajo el sexenio de Luis Torres Mesías. El concepto era tener cerca de sus fábricas a los trabajadores cordeleros. De acuerdo con los informes de gobierno de Torres Mesías el fraccionamiento sería construido en un área de 35 hectáreas ubicado frente a las fábricas de tapetes, telas, hilos y jarcias y otros productos que Cordemex hacía.

En la primera etapa se construyeron 418 casas modernas que constaban de sala, comedor, dos recámaras, cocina y baño, así como servicio de agua potable y luz eléctrica. En el plan de la obra se propuso un sector comercial, instalaciones para actos culturales y recreativos y bosques y jardines; para todo lo anterior se contaba con 50,000 metros cuadrados.

Las primeras casas, que se entregaron 6 meses después, alcanzarían un costo de 35 mil pesos que se pagarían por parcialidades en 15 años, con módico interés sobre saldos insolutos.

El cuarto informe de Torres Mesías dice: “Hemos acabado ya la primera y segunda etapas de la Unidad Habitacional Revolución con pavimento para 56 mil metros cuadrados, 16 mil 500 metros cuadrados de banquetas, 450 lámparas de luz mercurial y agua. Podrán los obreros tomar posesión sin dar ningún enganche”.

En el quinto informe de Torres Mesías se da cuenta de la inauguración de la tienda Conasupo en un moderno edificio circular, acorde con las novedades sesenteras que llegaban a la Entidad, y con una zona comercial de 28 departamentos ubicados en 996 metros cuadrados, así como una sala de exhibición de artes de 228 metros cuadrados, con unos jardines que abarcaban superficies de siete mil 191 metros cuadrados.

Los inicios de la Unidad Habitacional Revolución Cordemex establecen que el 6 de septiembre de 1968 se inauguró el Centro Escolar Zamná con una edificación de 50 mil metros cuadrados, 30 aulas repartidas en diez edificios, con primaria, sala de música, talleres, biblioteca, refresquería, todo para albergar a 497 alumnos, junto con un jardín de niños del mismo nombre.

Asimismo, el 20 de septiembre de 1968 se abrió la Sala de Exposiciones y se informa de la conclusión de 437 casas para entregar en junio de 1969. De tal manera, en el sexto informe de Torres Mesías se indica que de 1965 a 1970 se construyeron en total 856 casas y se indicaba la ampliación de 314 más para 155 trabajadores administrativos de Cordemex y otros obreros, que debía continuar el gobernador Carlos Loret de Mola.

(Rafael Gómez Chi)

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