Por Dra. Sylvia Zenteno Ruano
Alerta Ciudadana
“La felicidad está en la libertad, y la libertad en El Coraje”
Pericles (495 a.C. a 429 a. C.) importante e influyente político y orador ateniense durante la edad de oro de la ciudad de Atenas.
Hoy empezaré filosófica, con el pensamiento del griego Pericles, gracias a la aportación de Kari, pues lo que necesitamos los mexicanos en este momento es llenarnos de ese “courage” que dicen en inglés, y que traducido literalmente quiere decir “coraje”… y pongo esta aclaración porque en español, significan dos cosas totalmente diferentes… según el diccionario, tenemos que se entiende como:
Valor, decisión y apasionamiento con que se acomete una acción, especialmente con que se acomete al enemigo o se afronta un peligro o una dificultad, ej. …”ganaron a base de coraje; los guerreros mostraron gran coraje ante su enemigo”… y también se entiende como:
Rabia, enfado o disgusto, especialmente el que causa no haber podido evitar una situación o suceso adversos, ej. …” aunque le dé coraje, tendrá que aguantar que llegue a la hora que yo quiera”…
Al primer tipo de definición de “coraje” es al que se refiere Pericles, o sea él encuentra a la Libertad en “El Coraje” que implica tener a la Valentía como una virtud humana, Valentía que tiene que ver, con “La Fuerza de Voluntad” que debemos tener cualquiera de nosotros, para llevar adelante una acción, a pesar de los todos los obstáculos que se vayan presentando.
Y en este momento de nuestro atribulado país estamos entre las dos definiciones del coraje, pues hay tanta rabia por todo lo que está sucediendo aquí en nuestro México lindo y “qué herido” en particular, y en el mundo en general, que estamos llenos de “desesperanza”, y muchos desesperanzados creen y pronostican que simplemente así seguiremos, y que nada podrá cambiar.
En el país del Norte, el twittero presidente anaranjado, quien está como la Chimoltrufia, pues como dice una cosa dice la contraria cada día, se sufre horriblemente, pues no se le puede creer absolutamente nada y fastidia a todos por minuto. Y si hablamos de nuestro casi defenestrado presidente en funciones, vemos que ha sido, por decir lo menos, pusilánime e incapaz de defender a nuestro país y es tan “suavecito y educadito” que nunca ha enfrentado realmente ninguno de los verdaderos problemas de México. Ni con los embates extranjeros, ni ante las investigaciones terribles como las de Odebretch, ni frente al crimen organizado o ante los embates financieros del FMI, ha mostrado una postura realmente firme y de incuestionable liderazgo.
Ni qué hablar de la corrupción de todo su gabinete, incluyendo a los legisladores y jueces de este sexenio. Nada que abone a conseguir una leve lucecita de esperanza en este despeñadero. Realmente si el señor Peña se hubiera llenado de ese coraje que describe Pericles, se habría sobrepuesto a los impedimentos que se le fueron presentando, y quizá habría podido realizar las 400 acciones que firmó ante notario público, y que hoy a base de “spotazos” nos pretende convencer que logró.
Si hubiese abrazado con “coraje” el cargo que le fue conferido se habría enfrentado “con todo” y “contra todos” y habría traído a nuestro México esa felicidad que, según Pericles, de encuentra en “La Libertad”, guiándonos de esta manera, a superar nuestros miedos al fracaso y al desorden, y nos habría conducido por el camino de fortaleza nacional para poder hacer algo positivo por y para cada uno de nosotros EL PUEBLO MEXICANO. El diccionario dice que lo contrario al coraje es la cobardía, o sea el miedo a hacer algo por distintas razones,…dejo en puntos suspensivos…el análisis de esta parte de definición… el señor aún estará en funciones tres meses más, y aunque sólo el 11.2% de los mexicanos lo aprueben aún es el presidente de mi país…
Volviendo a Pericles, se sabe que inició su carrera política dentro del Partido Democrático del emperador Efialtes, a quien sucedió teniendo apenas 30 años, logrando que la Asamblea de Atenas aprobara una serie de reformas, mayormente democráticas, a pesar de la oposición de la oligarquía.
¡Qué tal! ¡Recapitulemos!… estamos hablando del año 454 a.C., ¡o sea! ¡Antes de Cristo!!! Y el buen Pericles ya estaba luchando por la democracia, que los sabihondos analistas mexicanos dicen que en nuestro país no se ha consolidado, y que aún es ¡muy joven! Tan joven que las y los mexicanos, no sabemos cómo aplicarla ¡O seaaaaaaa! Estamos un tanto cuanto atrasaditos ¿no creen?
Entonces, creo que no sólo estamos atrasados en aritmética y geometría como mencionábamos en artículos anteriores, aparentemente no hemos aprendido mucho en 2500 años de historia, pues resulta que nuestro personaje de hoy -a pesar del boicot de Esparta-, logró crear un imperio comercial, fomentó la expansión de colonias atenienses por el mar Egeo, intensificó el programa de construcciones navales y, en el 448 a.C., convocó a un congreso de Paz en el que participaron todas las polis helenas, logrando firmar una Paz, que le condujo a ser recordado hasta hoy.
Se me hace que mis maestros de Historia, de la secundaria y la preparatoria, deberían resucitar, y acudir a darle sus leccioncitas al “pelo de elote” gringo, y a nuestro “chaparrín”, para que aprendan que hace muchísimos siglos está escrita la historia de cómo hacer tratados, pactos, alianzas y todo eso que beneficia al PUEBLO democrático, y que hace un año están discutiendo, sin poderlo resolver.
Parece que nos toca, a nosotros, las mexicanas y los mexicanos, los chicos y los grandes, los gordos y los flacos, los pobres y los ricos, generar, en el día a día, una nueva reputación individual familiar y social de nuestro México, que por cierto acaba de estrenar luces verde blanco y rojo por todos lados, y que ya está sacando sus banderitas, sus bigotes zapatistas y sus sombreros de charro, para gritar que somos muy mexicanos, que compita externamente para recuperar “el buen nombre” de este PUEBLO.
Así como Atenas tiene la reputación de haber sido el centro educacional y cultural de la antigua Grecia, nosotros tenemos también historia de grandeza antigua, los aztecas y los mayas, sólo por mencionar dos de nuestras grandes culturas, “cantaban muy bien las rancheras”, desarrollaron en nuestra geografía grandes avances arquitectónicos, astronómicos, matemáticos, culturales, o cosmogónicos.
Los abuelos de esta tierra sagrada construyeron estructuras arquitectónicas que sobreviven hasta hoy y nos llenaron de historia, embellecieron ciudades con grandes cálculos aparentemente sin los elementos de “la civilización”, que nos trajeron gloria hasta nuestros días, y en muchas ciudades como Teotihuacan o las grandes ciudades mayas, crearon gobiernos y modelos económicos y políticos que brindaron cientos de años de bienestar a sus PUEBLOS, sin ponerse a considerar si eran de corte autoritario o populista, a Dios gracias entonces no había “opinócratas”, ni lectores de noticias que les dijeran cómo actuar.
¿Qué nos detiene? ¿Qué impide que las y los mexicanos nos hagamos de ese “coraje” tan indispensable para levantar la cabeza, y luchar con todas nuestras fuerzas para salir adelante? ¿Qué necesitamos adquirir o de que nos necesitamos deshacer?
Aquí unas sugerencias,… de lo primero que nos debemos deshacer, es de la “desesperanza aprendida”, este término totalmente psicológico que se refiere al estado de pérdida de la motivación de la esperanza de alcanzar los sueños, es una especie de renuncia voluntaria a toda posibilidad de que las cosas salgan bien, se resuelvan o mejoren, alimentado a diario por agoreros del desastre que todo lo descomponen con sus opiniones nefastas.
¿Cómo evitar y superar tan perjudicial emoción? Nuevamente, como cada vez, debemos hacer una reflexión diagnóstica de por qué nos está afectando esta desesperanza. Una de las primeras razones es nuestra dependencia biológica, psicológica y cultural, a códigos de creencias, que a lo largo de los siglos nos han convencido de que los mexicanos somos un pueblo conquistado, sometido y avasallado a manos del criollo y del blanco, y que nunca lograremos ser nadie por nosotros mismos.
Esta predisposición a creer que podemos y debemos ser pisoteados -peor aún si somos mujeres, y mucho peor, si somos pertenecientes a los pueblos originarios y llevamos apellidos indígenas-, ha permitido que las “ladies” y los “lords” se hagan de propiedades, fortunas y poder sólo por apellidarse “raro”. Así, las predisposiciones innatas, que no son de corte genético, sino de procesos de aprendizaje, pueden degenerar en limitaciones de nuestra capacidad de salir adelante, viéndonos permanentemente envueltos en desgracias producidas por las grandes carencias de recursos necesarios para sobrevivir.
Así les digo, a mis hermosos 20 lectores -hoy me enteré que la Jefa Mirna de mi querido hospital también lee esta columna, ¡gracias Jefa!-, que la vida humana, dependiendo de cómo se viva, también puede ser una sucesión de experiencias hermosas, nutritivas y significativas, sólo depende de nosotros, llevarlas de la mano para que nos permitan alcanzar plenitud y paz.
Es indispensable iniciar una ruta crítica de acciones, que desde nuestro hogar vaya haciendo trincheras para detener a los nefastos, para alejar la deshonestidad y la corrupción de nuestro entorno. “Ya sabes quién” dice que las escaleras se barren de arriba abajo, pero no creo que él tenga que venir a barrer las de mi casa. Creo que si nos sacudimos esta horrible desesperanza y nos llenamos de “Coraje del bueno”, más pronto que para ayer, estaremos viviendo en un país mucho más armonioso y bello. El andar de cada uno reduce los negativos de todos. Ahora sí mexicanos, es tiempo de llenarnos de fortaleza, hay líder y para nosotros… como dicen en mi rancho “vamos a darle, que es mole de olla”. ¡Los quiero muuucho! Háblenme, estoy en el 9992 71 38 92 o en [email protected]