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Simone de Beauvoir, luchadora incansable de los derechos de la mujer

Pilar Faller Menéndez

“El problema de la mujer, siempre ha sido un problema de hombres.”

Simone de Beauvoir

Nace en París en el año de 1908, adelantada a su época, esta pensadora y novelista fue una de las figuras más importantes en la lucha de los derechos de la mujer y representante del movimiento existencialista ateo. De origen burgués, fue una alumna brillante que estudió en la Sorbona en donde conoció a Jean Paul Sartre, a los 21 años, y con quien pasó el resto de su vida.

Estudió filosofía y se dedicó a la enseñanza en algunos liceos de Francia. Su primera novela la publicó en 1943 con el título de La invitada, al siguiente año publica Sangre de otros y un ensayo: Pyrrhus y Cineas.

Asumiendo el papel de intelectual comprometida, participó activamente en los temas ideológicos de debate de su época, pronunciándose ferozmente contra la derecha francesa, incorporando en sus escritos su visión existencialista donde claramente se podían detectar los temas sobre el compromiso, la situación que se vivía y la libertad.

Fue cofundadora de la revista Tiempos Modernos junto con su pareja y otros existencialistas como Albert Camus y Maurice Merleau-Ponty, que vio la luz primera el 15 de octubre de 1945, la cual tuvo un fuerte impacto entre los franceses que la tomaron como un referente cultural y político del pensamiento francés de mitad del siglo XX.

Simone fue prolífera escribiendo, ya que cada año publicaba un libro o ensayo. Es en 1949 cuando su libro El segundo sexo revoluciona la visión femenina, así como un punto de partida para las feministas, convirtiéndolo en una obra clásica del pensamiento de aquella época, en el cual describe la condición y características de la condición social de la mujer que pasa por muchas situaciones de opresión por parte de los hombres, en vez de ser incluida en los procesos de producción y no ser solamente un ama de casa y vista como un objeto de reproducción.

Al no tener acceso a los vínculos sociales, perdía su libertad; y a través de su visión de la biología, el marxismo y el psicoanálisis, lideró su propia revolución, destruyendo mitos femeninos e incitando a las mujeres a una liberación verdadera. Sostenía que tanto la emancipación de la mujer como la lucha de clases eran distintas y a la vez paralelas, ya que las mujeres debían afrontar el problema económico, producto de su emancipación, por lo que la acepción de “sexo débil”, obedecía más a un factor económico que ideológico.

Fiel a sus principios, Beauvoir fundó con otras feministas, la Liga de los Derechos de la Mujer, en la que se proponía reaccionar y demandar cualquier discriminación sexista, para lo cual se editó un número especial de la revista Tiempos Modernos a fin de discutir sobre el tema. Su obra es vasta, así como el contenido de sus libros en los cuales comparte sus testimonios y biografía.

Fue galardonada con el Premio Goncourt por su libro Los mandarines publicado en 1954. En 1968 se solidarizó con el movimiento estudiantil que estaba germinando en otros países, en 1972 fue presidenta de la asociación Choisir que defendía el libre uso de anticonceptivos. Su último libro La ceremonia del adiós publicado en 1981 (cinco años antes de su muerte). Fue una luchadora incansable por los derechos humanos, muchos de los cuales todavía no se han logrado.

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