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Extranjeros de diversos países han fincado aquí su residencia
En los últimos 10 años Mérida se ha convertido en una ciudad cosmopolita porque han establecido aquí su residencia ciudadanos estadounidenses, canadienses, europeos, asiáticos y hasta sudafricanos, los cuales se calcula rebasan los 13 mil y de estos cerca del 60 % viven en casas en el Centro Histórico de la capital yucateca.
Al respecto, el Dr. Carlos Antonio Cabrera May, director ejecutivo en el Estado de la Fundación BAI, quien anualmente organiza un tour por casonas del Centro Histórico habitadas por extranjeros para recaudar fondos y destinarlos a acciones altruistas, señaló que según sus estimaciones las zonas de la ciudad donde más se han asentado los visitantes son los suburbios de Santiago, Santa Lucía y Santa Ana.
Expuso que debido al creciente interés de los extranjeros por residir en Mérida, ahora también están adquiriendo predios para vivir en el rumbo de la Mejorada, la Ermita de Santa Isabel y hasta por sectores del Chembech.
Infraestructura y problemas
Observó que a los extranjeros les gusta la tranquilidad de la ciudad, su clima y la seguridad, ya que les permite caminar y convivir por calles y parques sin ningún problema, como pocos lugares pueden ofrecer en el país, además del trato amable y siempre atento y respetuoso que caracteriza a los yucatecos.
La presencia de los nuevos residentes ha propiciado, a su vez, inversiones en las zonas donde viven para crear infraestructura comercial, de diversión y de servicios en general, de tal manera que en poco tiempo se han abierto restaurantes, boutiques, salones de spa, bares y otros negocios diversos que buscan captar la clientela foránea, aunque también a los locales y visitantes.
Basta darse una vuelta ahora por el primer cuadro de la ciudad para constatar la operación de la variedad de nuevos negocios, muchos de ellos ocupan predios antiguos o abandonados que requirieron remodelaciones integrales.
Empero, esta situación ha generado problemas para este grupo de personas que privilegian la tranquilidad en lugar de grandes concentraciones de gente y ruidos, como los que se registran en bares y restaurantes ubicados en las cercanías de sus casas.
Protestas por ruidos
Este problema ha crecido tanto que grupos de extranjeros ubicados en el primer cuadro de la ciudad han integrado una asociación para protestar por los altos decibeles que emiten los negocios e incluso han solicitado formalmente la intervención del Ayuntamiento de Mérida para que regule el ruido que invade la tranquilidad que sus hogares. Se sabe que algunas personas han interpuesto hasta denuncias ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo.
La molestia de los residentes se refleja incluso en mantas y carteles que han colocado al frente de sus casas con leyendas como: “No al ruido en la ciudad”, “Queremos vivir en tranquilidad”, “El respeto al derecho ajeno es la paz”, por mencionar algunas.
Las autoridades municipales, específicamente la Dirección de Desarrollo Urbano, han respondido que trabajan incluso en la elaboración de un nuevo reglamento sobre el ruido pero también han advertido que no es posible evitar el funcionamiento de bares, antros y restaurantes en el Centro Histórico, porque el uso de suelo para ese tipo de negocios está permitido y lo que se buscará es regular las actividades y que la normatividad sea cumplida estrictamente.
La mayoría son estadounidenses
De acuerdo con información aportada por el Dr. Cabrera May, los extranjeros con mayor número en el Estado y particularmente en el municipio provienen de los Estados Unidos de Norteamérica seguidos de Canadá y de Europa, con la observación de que los canadienses ocupan predios en la costa yucateca como Chelem, Progreso, Chuburná y Telchac.
Los de la hoja de maple suelen estar en sus predios de la costa yucateca entre cuatro y seis meses para aprovechar el clima de Yucatán cuando en Canadá las bajas temperaturas son extremas.
Asimismo, viven en el Centro Histórico o al norte de la ciudad ciudadanos de Italia, Francia, Alemania, Holanda, Suiza, Gran Bretaña, Corea, China, Japón, India y Sudáfrica.
Observó que cuando comenzó la movilidad y llegada de extranjeros a Mérida el 100 por ciento era de gente jubilada y pensionada, pero actualmente estimó que un 30 por ciento son gente de 30 a 50 años que fincan su residencia en la ciudad para hacer negocios en los ramos comercial, servicios e inmobiliarios.
Hizo notar que cada vez más extranjeros deciden venir a Yucatán a vivir y particularmente escogen a Mérida, cuyo Centro Histórico es el segundo más grande de México.
Comentó de igual forma que la presencia de muchos extranjeros en el Estado ha propiciado la apertura de un centro de comercio artesanal y de productos varios en la ex hacienda Santa Cruz Palomeque, cerca de la comisaría de Dzununcán, en donde los productores venden sus trabajos a precios justos y que son muy apreciados por la comunidad extranjera.
El tour anual
Al abundar sobre el tour que organiza la fundación cada año por las casonas del Centro Histórico, indicó que se busca mostrar al público en general la rehabilitación que los extranjeros han hecho de los predios adquiridos con elementos modernos o diseños únicos que contribuyen a la comodidad, tranquilidad y convivencia con la naturaleza, sin alterar la arquitectura original de las casas.
En ese sentido, en los recorridos, que normalmente se llevan a cabo el segundo domingo de noviembre de cada año, los residentes abren las puertas de sus casas para que los participantes no solo conozcan los predios, sino que dialoguen y convivan con sus moradores.
Recordó que la Fundación BAI es una organización de la sociedad civil legalmente constituida en Yucatán y tiene como misión empoderar a los habitantes del Estado para que puedan responder y enfrentar casos del VIH/SIDA y otras infecciones de transmisión sexual.
—La visión de nuestra asociación es la de ser un catalizador para crear un cambio donde el conocimiento, la prevención, y el tratamiento de esas enfermedades reemplacen al miedo, la discriminación, los prejuicios y la mortalidad para aquellos que están viven con la enfermedad, agregó.
Indicó que las metas de la organización son: disminuir la transmisión del VIH/SIDA y de otras infecciones transmitidas sexualmente en Yucatán y mejorar el acceso a servicios médicos, así como mejorar la calidad de vida de aquellos ya infectados.
(Rafael Mis Cobá)