Aunque la Procuraduría Federal del Consumidor no ha publicado la lista de precios mínimos y máximos para los cigarrillos, en diversas tiendas de la localidad ya aumentó el costo de un paquete de tabacos entre dos y cuatro pesos, según la marca y el lugar donde se adquieran.
Algunas marcas, como los “Delicados” siguen costando 45 pesos la caja de 24. La de Chesterfield cuesta lo mismo en igual presentación, aunque los fumadores señalan que son el mismo producto.
Los que subieron fueron los Marlboro, que el 31 de diciembre se vendieron en 51 pesos la presentación de 20 cigarros porque ahora cuestan entre 53 y 55 pesos, según el lugar donde se compren. El cronista observó que el precio promedio es de 54 pesos.
Donde sí hacen su agosto los comerciantes, especialmente en los estanquillos del Centro Histórico, es en la venta de cigarros al menudeo, es decir, “sueltos”, porque a pesar de que están prohibidos por la Secretaría de Salud, siguen ofreciéndose mínimo a cinco pesos, máximo en ocho pesos.
Los ambulantes chiapanecos, de esos que cargan su caja de madera con golosinas, chicles y cigarros, ofrecen la unidad a 10 pesos, sobre todo a los bebedores que encuentran en las cantinas, porque ya estando “dos tres” la ansiedad de fumar los rebasa en no pocas ocasiones.
¿Y la Profeco y la SSY?
El asunto de los cigarrillos no sólo debe ser vigilado por la Profeco, sino por las autoridades de la Secretaría de Salud que permiten que se sigan vendiendo al menudeo en numerosas tiendas de la localidad.
Los tenderos logran duplicar la ganancia de la cajetilla de cigarros al ofrecerlos al menudeo, pues saque cuentas, 20 cigarros a cinco pesos son cien pesos. Y si lo dan a ocho es mucho más.
“Vaya manera de quemar el dinero”, comentó un amigo del cronista cuando se enteró que uno andaba averiguando por el precio de los cigarrillos. Cabe señalar que, en el caso de los “Delicados”, ocurrió algo curioso: hace poco empezaron a venderlos con filtro, porque los que no tienen filtro son asociados con las personas adultas mayores. Y ya que atraparon una buena clientela de millenials, les cambiaron el nombre a Chesterfield, pero dejaron los que no tienen filtro para otro segmento de mercado
(Rafael Gómez Chi)