Conocido originalmente en las comunidades mayas como “x’pelón”, aunque ahora casi todos lo identifican y le llaman espelón, esta variedad de frijol negro forma parte primordial de los insumos locales que se utilizan para preparar en este período de finados los deliciosos pibes, tamales y vaporcitos.
Aunque en muchas comunidades del Estado los campesinos siembran durante gran parte del año esta leguminosa, algunas comisarías de Tekax destacan en su producción como es el caso de Kancab, donde alrededor de 50 familias se dedican a su cultivo junto con ibes, frijol, maíz, pepino y calabaza, en superficies de 5 mecates en promedio.
Los reporteros de POR ESTO! se trasladaron ayer hasta la parcela del señor Jesús Santos Dzul Sansores, ubicado a unos tres kilómetros de la plaza de Kancab, donde sembró en este ciclo 10 mecates de espelón, 8 de maíz, 5 de ibes y 4 de frijol.
Dos meses de cosecha
Explicó que, después de poner la semilla en la tierra, se tienen que esperar dos meses y medio para iniciar la cosecha, que puede durar hasta dos meses siempre y cuando las plantas tengan suficiente agua.
Señaló los altos riesgos que representa la actividad, ya que al carecer su unidad de un sistema de riego todo queda a merced del buen temporal de lluvia que pueda registrarse. Si no hay suficiente agua, aunque la semilla haya germinado la planta terminará por morirse.
En este ciclo, dijo que ha perdido dos siembras de ibes a causa de un período de sequía que se registró en meses pasados, y fue hasta la tercera ocasión en que las plantas sobrevivieron con las consecuentes pérdidas de tiempo y recursos.
–Con el espelón no tuvimos tantos problemas en esta ocasión porque lo sembramos a tiempo y las matitas pudieron aprovechar las lluvias que comenzaron a caer, aunque también hubo la necesidad de echarle antes un poco de agua a cubetazos para que aguantaran la sequía, pero gracias a Dios hasta ahorita todo está bien, agregó.
Precios
Expuso que una buena cosecha puede dar hasta 100 rollos de espelón en un mecate, cuyo precio de venta actual es de 4 a 5 pesos, aunque ya en los días previos a los finados puede llegar a 12 pesos, como sucedió el año pasado.
En cuanto a los ibes, la caja o huacal se vende en promedio en 250 pesos; el rollo de frijol en 10 pesos y las mazorcas de maíz a 2 pesos.
Dijo que, además de trabajar la parcela con su papá, Armando Dzul Caamal, lo ayudan también tres de sus seis hijos, ya que los cultivos requieren de cuidados como el desyerbo, la fumigación y, cuando es necesario, el riego con cubetas.
Señaló que, en su caso, todo el año siembra en su unidad y los tiempos aproximados para hacerlo pueden ser en mayo, junio, julio, agosto y octubre, pero todo en función de las probabilidades de lluvias para que las semillas puedan germinar y crecer.
Los ibes y el frijol, de igual manera, se pueden cosechar en dos meses y medio después de sembrado, en tanto que el pepino en mes y medio.
Se necesitan apoyos del gobierno
Comentó la necesidad de que el gobierno otorgue más apoyos al campo para fomentar los diversos cultivos, ya que el campesino tiene que destinar importantes cantidades de dinero para comprar productos para la fumigación, como es el caso de uno que se denomina “Bravo”, que cuesta 500 pesos el litro.
Añadió que, para mantener en buenas condiciones las plantas libres de plagas y hongos, se tienen que fumigar al menos tres veces a la semana. Las lluvias nocturnas también resultan fatales para las siembras, en especial para los ibes.
Jesús Santos señaló que, para aprovechar al máximo todos los espacios de su terreno, para esta época sembró también “x’pujuc”, “x’tesh” y virginias, flores que se colocan en la mesa de los altares con motivo del Hanal Pixán. El huacal tiene un precio promedio de 100 pesos de cualquiera de esas variedades.
En medio de la verde vegetación sobresalían los surcos en tonos amarillos del “x’pujuc”, morados y lilas del “x’tesh” y rojas y también moradas de las virginias.
Toda la producción se concentra en el mercado de Oxkutzcab, donde llegan los compradores de diferentes partes del Estado, pero especialmente de Mérida, Progreso, Cancún, la Riviera Maya e Isla Mujeres.
Plaga de conejos
El productor mostró orgulloso a los reporteros las vainas de espelón e ibes que están ya en el inicio de la cosecha, especialmente las plantas de ibes, porque fue la tercera siembra la que pudo germinar y crecer con la ayuda de agua regada a cubetazos.
Expuso asimismo que, además de que los ibes se venden en huacales de a 250 pesos, también los desvaina para comercializarlos en bolsitas de medio kilo a 25 pesos.
En condiciones óptimas las plantas de espelón pueden cosecharse dos veces a la semana hasta por dos meses, siempre y cuando tengan agua suficiente.
El señor Jesús Santos mostró de igual forma a los representantes de POR ESTO! los daños que conejos ocasionan a las plantas de frijol, ya que cercenan las guías y las matan. Dijo que para tratar de ahuyentar a esos animales llevará perros a su parcela en un intento de evitar que sus cultivos resulten con mayores daños.
Tradición milenaria
Comentó que cada año, al término de las cosechas, selecciona las mejores semillas y las resguarda para utilizarlas en el siguiente ciclo de siembras, como manda la tradición maya milenaria.
En el caso del espelón cultiva una variedad blanca y una verde. La primera tiene vainas más grandes y, en consecuencia, el volumen de cosecha es mayor, aunque sólo permite una bajada, además de que la planta es más delicada. La verde tiene vainas más pequeñas, pero permite varios cortes de vainas y es más resistente a plagas e intemperie.
Jesús Santos relató que le gusta trabajar la tierra porque es generadora de alimentos y así lo ha hecho desde pequeño junto con su padre, aunque observó que el productor necesita más apoyo de las autoridades para poder adquirir insumos y enfrentar las dificultades que genera las épocas de sequía, así como también los bajos precios de los productos.
En su caso, además de laborar en el campo, tiene otro empleo para poder obtener los ingresos suficientes para sostener a su familia.
De acuerdo con el Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana, existen dos variedades del “x’pelón” o frijol negro: Vigna Unguiculata y Vigna Sinensis. Las vainas miden unos 20 cm de largo y los frijoles pueden ser pintos, negros o púrpuras. La Vigna Sinensis tiene una pequeña variante de color pardo o arenoso conocida como frijol barroso. Al Norte de Tamaulipas se le conoce como chícharo de vaca y al Sur de Veracruz como frijol chino.
(Rafael Mis Cobá)