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Yucatán

'Entonces, volteamos a ver”

Ariel Avilés Marín

Un importante conjunto de instituciones académicas y culturales está llevando a cabo un excelente festival de cine y video. Se trata de la quinta edición de este evento, el cual se titula Festival Internacional de Cine y Video Kayché “Tejidos Visuales”. Componen el grupo de instituciones participantes el CEPHIS UNAM, el Museo Regional de Antropología de Yucatán Palacio Cantón, el CIESAS, la SEDECULTA, el Colectivo Viva la Foto, Edúcate Yucatán A.C., el Coro Juvenil “Silil”, Takto Design Group, el Hotel Medio Mundo y Bristo Cultural. El evento se viene desarrollando desde el viernes 11 del presente y se extenderá hasta el viernes 18 y tiene varias sedes; la Casa Lol Be del CEPHIS, el Palacio Cantón, la Cineteca “Manuel Barbachano” y el edificio de la Comisaría de Cholul.

Correspondiendo a la cuarta jornada del evento, el lunes 14, a las seis de la tarde, en la Casa Lol Be, se llevó a cabo la presentación de varios cortometrajes que están participando en una competencia y, al terminar la proyección, una Mesa Panel sobre migración internacional. Los ponentes del Panel fueron la Lic. Estela Guzmán Ayala, reconocida investigadora independiente; y el Dr. Pedro Lewin Fischer, investigador del INAH. Los videos proyectados fueron cinco: “Bosa”, “Bienvenus”, “Trámite”, “Las Personas que Recuerdan Demasiado” y “Las Patronas”. Los dos primeros tratan la migración de Africa hacia Europa, y los otros tres, las migraciones en América Latina, el último de ellos, en México, como vía hacia los Estados Unidos de América.

Antes de iniciar las proyecciones, la Lic. Guzmán expone a los presentes que estos cortometrajes los miremos como de un valor documental y no como obras estéticas de cine; sin embargo, al mirar las proyecciones, concluimos que los videos tienen también una gran dosis estética en aspectos como la fotografía, los ángulos de las tomas, la iluminación y varios aspectos más de los lineamientos del cine-arte. Esto es muy destacado en “Trámite”, en el cual, la tomas del metro avanzando en la estación, de los pies de quienes caminan en los andenes, los colores de la tienda de verduras, son profundamente estéticas y le dan una dimensión artística profunda al filme.

Los dos primeros cortometrajes proyectados, “Bosa” y “Bienvenus”, nos dan noticia de la terrible historia que viven los migrantes que tratan de salir de Africa para entrar a Europa. En “Bosa”, de Aitana Serralet Baines, la mirada del problema se da desde la perspectiva de Marruecos. En “Bienvenus”, de Ana Puentes Margarito, una voluntaria nos muestra su trabajo entre los africanos, el desconocimiento casi total que tienen de la modernidad y de la tecnología; la joven se integra entre ellos, al punto de jugar fútbol con los jóvenes del lugar. La gran conclusión del filme es la interrogante ¿Cuál es mi papel aquí?

El cortometraje “Trámite”, de Mariella Santibañez Koref , es el más estético visualmente. Nos presenta una historia de una joven migrante venezolana que ha ingresado irregularmente a Argentina y, además, la acompaña su hijo, un chico de diez o doce años. Ella se llama Anita y consigue trabajo en la frutería y verdulería de una señora, la cual la presiona constantemente por su DNI (forma migratoria regular) “Entiende niña, te estoy dando la oportunidad, pero necesito que cuanto antes tengas tu DNI, si no yo te corro; no quiero tener problemas con la autoridad”. Anita concurre a las oficinas de migración repetidas veces, y en cada ocasión la rebotan porque le falta algo. Al fin, logra reunir todos los requisitos y va de nuevo con su hijo. En el mostrador, la atiende Lucas, un joven empleado que revisa sus papeles y le va cuestionando, y ella le va mostrando cada cosa requerida. “Falta el certificado de estudios”, le dice – ella responde: “No, sí está, aquí está al final”, dice Anita. Lucas cambia de lugar el documento, ante los ojos de Anita, y le repite: “No está”. “¡Sí está!”, replica ella molesta. “¡Aquí está!”, muestra. Y Lucas le dice: “¿Quieres o no tu DNI?”, Anita entiende y Lucas la cita por la noche a un lugar acordado. Anita se arregla para salir, entre las protestas de su hijo que no quiere que vaya. Al salir le dice al chico: “Dame el tubo de gas pimienta”, y se va. Se encuentran y Lucas le muestra el documento, pero lo guarda enseguida. Anita saca el gas pimienta, acciona la válvula y no funciona. Lucas enfurecido trata de violarla; en medio de su desesperación, Anita ve un pesado objeto de metal y le pega un tremendo golpe en la cabeza. La sangre de Lucas, que cae inerte, baña el rostro de Anita. Con la cara semimanchada de sangre, sube al metro, llega a la frutería y le extiende a la señora su DNI. Esta la mira burlonamente y dice: “Ya ves, que sí era muy fácil conseguir tu DNI”.

“Las Personas que Recuerdan Demasiado”, de Eduardo Elli, es un estético documental sin palabras, sus personajes se mueven, actúan, cambian de lugar, en absoluto silencio; sus acciones son verdaderas reflexiones internas, son la visión de un hombre, una mujer y un niño, que miran cosas reflexionando internamente, cada uno por su lado, hay una circunstancia común, una piscina con apenas unos charcos en el fondo y agua que corre por el desnivel. Después de las reflexiones individuales, los tres personajes se encuentran en el fondo de la piscina para concluir con una reflexión común que está simbolizada en el agua que corre sin parar por el declive.

El último cortometraje fue “Las Patronas”, de Roger Astrogano, un verdadero himno a la solidaridad humana, al amor al prójimo en su forma más pura y profunda, una prueba inequívoca de que, da más quien menos tiene. El tema del filme es la migración de Centroamérica hacia el “sueño americano”. Su escenario, una población por la que pasa “La Bestia”, el ferrocarril en el que miles de mujeres, hombres, viejos y niños, se juegan la vida por alcanzar este ideal. Es la historia y las razones de un amplio grupo de mujeres que han dedicado su vida y su digna miseria, al servicio y asistencia de la gente de paso y llena de necesidad. Cada una de ellas es gente de carne y hueso, de la vida real y actual. Bernarda, Julia, Norma, Mariela, cada una tiene una historia que contar y una razón que la impulsa a servir a los demás. La inspiradora de esta humanitaria acción es la abuela de todas ellas, que cuenta: “Tocan a mi puerta, abro y me encuentro a un hombre temblando que me dice: ‘Madre, tengo mucha hambre, dame algo de comer’. Leo una angustia tal en sus ojos que pienso: Este, podría ser mi hijo, mi nieto, y le frío unos huevos y le hago unos tacos con huevo y frijol. ¡Así empezó todo!”.

Hombres que vienen de distintos países dan también su testimonio. Jerónimo, de Honduras; Jimy, de ahí mismo, José y Cervelio, de El Salvador. Cada uno tiene una historia detrás. “Trabajar en los Estados Unidos para hacer una casita, es por todo lo que me vine de Honduras”. “Lograr llegar a lugares con amor y paz, con igualdad”. “En lo que las patronas nos dan, no sólo va comida, va algo de ellas, de su alma, de su corazón”. Así van las reflexiones de esta gente. Bernarda cuenta: “Un día, al pasar el tren, un muchacho cae, creímos que venía enfermo; lo revisamos y lo habían apuñalado, tenía roto un pie, casi desprendido”. El hombre había defendido a su esposa de una violación colectiva y lo habían picado. Cuenta Bernarda la desesperación de ir de un médico a otro y que nadie quiera atenderlo, por temor a tener un problema con la autoridad. “Lo cuidamos por días. Al fin abre los ojos y pregunta ¿dónde estoy? Y le respondimos. Entre amigos, aquí están tus compañeros. Entonces volteamos a ver, a los de afuera y a los nuestros también. Esa es nuestra razón”, concluye.

Después de las proyecciones, Estela y Pedro hacen reflexiones sobre el fenómeno migratorio. Estela nos dice: “Todos somos migrantes de alguna forma. Nacimos en Tizimín y estamos en Mérida, somos migrantes”. Señala a Barcelona como una ciudad santuario en Europa, por su acogida a los africanos. Nos informa del término APROFOBIA, acuñado hace veinte años por la Dra. Adela Cortina, e incorporado apenas hace muy poco tiempo por la RAE a nuestro idioma. “Es el rechazo a la pobreza, a la del indio, a la del mendigo, a la del migrante” Pedro, puntualiza: “No somos cineastas, estos cortometrajes son documentales, son el producto de una investigación documentada”. Ambos señalan que el racismo se da en cualquier lugar. “Ser migrante es dejar a la familia, dejar todo lo que se tiene, ¡Ya no soy nadie!”, es el tremendo mensaje de la migración. Dan datos duros; somos el tercer país en el mundo con el mayor número de migrantes, después de China y la India. Hay treinta y nueve millones de mexicanos fuera. Explican el fenómeno de la transmigración: Es salir de un lugar, pasar por otro, para llegar a un tercero. Señalan como principales integrantes de la migración a la población indígena, a la población obrera, y lamentablemente, a los niños. Señalan como lo peor, a la frontera Sur mexicana, por las atrocidades que ahí se cometen a diario.

Reflexionan sobre las patronas. De cómo, al voltear a ver, viendo a los otros, descubren sus propios derechos. El festival es ya un éxito, el gran esfuerzo de Zoila Jiménez Polanco nos merece un gran aplauso de pie. El haber visto los filmes, el escuchar las reflexiones sobre ellos, nos lleva a una gran conclusión, sacada de la noble labor de Las Patronas: En cada bolsa de lunch arrojada al paso del tren, no sólo va comida, va un gran pedazo de corazón, va un mensaje de amor y de esperanza por la humanidad.

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