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Islas y tierras legendarias en el mar: la Atlántida

Delfín Quezada Domínguez

Después de varias fechas de inactividad informativa, pongo a su consideración unos cortos ensayos sobre algunos casos de islas y tierras misteriosas o legendarias que han pasado a la historia desde hace muchos siglos a nuestros días. No quiero repetir lo que muchos ya saben, sino que trataré de resumir lo más relevante de estos mitos o leyendas surgidas de las profundidades de nuestros mares, que, dicho sea de paso, actualmente sufren del impacto negativo de la modernidad.

Hoy comenzaré con la legendaria isla llamada Atlántida, mito (¿?) que tiene sus fundamentos en los Diálogos Critias y Timeo de Platón, unos de los más grandes filósofos griegos en la historia universal. Los textos de Platón sitúan la Atlántida frente a las Columnas de Hércules (lugar tradicionalmente entendido como el estrecho de Gibraltar) y la describen como una isla más grande que Libia y Asia juntas. Se señala su geografía como escarpada, a excepción de una gran llanura de forma alargada de 3000 por 2000 estadios, rodeada de montañas hasta el mar.

A mitad de la longitud de la llanura, el relato ubica una montaña baja de todas partes, distante 50 estadios del mar, destacando que fue el hogar de uno de los primeros habitantes de la isla llamado Evenor. Según el Critias, Evenor era uno de los hombres que había nacido de la tierra, en el entonces territorio inhabitado de la Atlántida. Evenor convivía con su mujer, Leucipe, en una montaña baja que se ubicaba a unos cincuenta estadios del mar. Con su esposa, Evenor fue padre de Clito o Clitoé. Esta fue su única hija. Cuando Clito alcanza la edad de tener marido, Evenor muere finalmente. Clitoé sería la madre de la estirpe de los reyes atlantes.

Se dice que esta isla contaba con un suelo tan fértil que producía manzanas de oro, con ello otros autores han relacionado el jardín de las Hespérides (en el que existía el manzano de oro). Uno de los doce trabajos de Heracles fue apoderarse de dichos frutos. También con el Edén, y otros paraísos terrenales existentes antes de la aparición de la historia escrita en todas las culturas en los que existían todo tipo de plantas, árboles frutales, animales, etc. de los que la humanidad fue expulsada por su soberbia.

En ella vivieron o transitaron los dioses, diosas, héroes y seres mitológicos, representando a los reyes, reinas, príncipes, generales y fauna desconocida o desaparecida, basando la mitología de culturas posteriores. De acuerdo con la misma leyenda, aquella isla desapareció de repente durante un terrible cataclismo que la sumergió en un día y una noche, cuando Poseidón enfurecido por el desdén y la soberbia de los atlantes los hundió en el mar, según Platón 9,000 años antes de su tiempo, lo que en la actualidad serían unos 11,000 ó 12,000 años.

La controversia viene dada porque el autor se esfuerza en relatar la autenticidad de su relato, que obtuvo de un pariente, que a su vez lo oyó en Egipto de boca de un sacerdote, cuando Egipto era aún uno de los centros de saber del mundo clásico y Grecia tenía colonias y puestos comerciales en aquel país. También nos da datos precisos sobre la isla, su geografía como isla central, donde se hallaba la ciudad, rodeada de dos anillos más con canales para la navegación entre ellos, las medidas de la isla central (aunque sujetas a variación ya que el estadio, como las medidas antiguas, se medía a partir de pasos o longitudes de extremidades: pies, codos… y ello variaba de un medidor a otro).

Es por ello que muchos autores no lo tratan como mito sino como una realidad. Si Platón hubiera querido presentarlo como una sociedad ideal se hubiera basado más en política y economía que son los pilares de una sociedad, y se hubiera centrado menos en describir sus palacios y mucho menos en describir sus nobles. Esta concepción antigua sobre la Atlántida difiere de la interpretación actual, que admite la posible existencia de la isla, situándola en un tiempo prehistórico, aunque señala que se trataba de un continente que pudo haber unido a Africa con América.

Otros autores sugieren que la isla se hallaba en el Egeo, entre las Cícladas y ponen como candidata a Santorini en cuya bahía central se hallaba un volcán que desapareció hundiéndose en el mar en medio de una gran erupción colapsando su cámara de magma y originando grandes olas que arrasaron gran parte de las ciudades del Egeo. Según algunos científicos, la Atlántida era una fabulosa isla o una montaña que desapareció bajo el agua a causa de un terremoto prehistórico. Otros expertos sobre el tema consideran que esa tierra no existió, pues aseguran que sólo fue una historia inventada por Platón. Sin embargo, esta leyenda ha inquietado a la humanidad durante muchos siglos, y sobre ella se han escrito más o menos 30,000 libros. Incluso, muchos aventureros han realizado travesías marítimas con la intención de encontrar la Atlántida para extraer los supuestos tesoros que hay en ella.

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