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Aromas, colores y sabores de la tradición yucateca se plasmaron ayer, de nueva cuenta, en la Muestra de Altares del Janal Pixán celebrada en la Plaza Grande, aunque esta vez hubo una marcada disminución de participantes con tan sólo 61 altares contra 104 del año pasado.

La muestra del 2018 reunió a 74 Ayuntamientos y 30 dependencias, mientras que la de ayer apenas fue de 27 municipios, 18 dependencias y 16 instituciones educativas públicas y privadas.

Al respecto, la Secretaria de la Cultura y las Artes del Estado, Erica Millet Corona, señaló que la invitación a las autoridades municipales se hizo en tiempo y forma y todo parece indicar que quienes no participaron fue por falta de recursos.

Recorrido del Gobernador

El corte del listón inaugural corrió a cargo del Gobernador Mauricio Vila Dosal, quien posteriormente recorrió poco más de la mitad de los altares instalados para saludar a los responsables de cada uno, tomarse la foto del recuerdo y degustar algunos de los tradicionales platillos de la muestra.

Como ha sucedido en las pasadas 24 ediciones, destacó la presencia de visitantes nacionales y extranjeros, quienes escuchaban atentos las explicaciones sobre las ofrendas, al mismo tiempo que grababan videos y se tomaban fotografías en los altares y con las mestizas que preparaban los alimentos y rezaban.

De igual manera se formaron largas filas en los diversos altares para recibir pedazos de pibes, vaporcitos, tacos de relleno negro, vasos de chocolate o de horchata, “xec’” y otros alimentos.

Incienso

Al disfrute de las delicias alimenticias se sumaba el olor a incienso y a comida, resaltaban los colores intensos de las flores de “xpujuc” y amor seco, en tanto que la charanga de Cansahcab y la Banda Temaxeña interpretaban alegres jaranas y canciones populares.

En los altares para niños se podían observar juguetes de madera como trompos, kimbombas, baleros y canicas, así como algunas fotografías y comidas ligeras, mientras que en las mesas para adultos se colocaron alimentos más condimentados y picantes, así como la botella de ron que en vida gustó la persona querida.

Por primera vez se vio en un altar al “P’uruxón Cauich”, personaje icónico del municipio de Tahmek y cuya canción popular hace referencia a los desamores que tuvo con una tal “x’Pet”. En la mesa se colocó la fotografía de Sebastián Cauich, presunto protagonista de la curiosa historia, en tanto la alcaldesa de esa comunidad, Neida María Heredia Leal, se encargaba personalmente de explicar a los visitantes cómo surgió ese relato.

Tradición desvirtuada

De igual forma se pudo constatar una vez más cómo se ha desvirtuado la tradición del Janal Pixán o Comida de Animas, ya que en numerosos altares estaban hombres y mujeres que portaban el traje mestizo, pero con las caras pintadas de calaveras, que no tiene nada que ver con este tipo de representaciones.

Lamentablemente la alteración de esta costumbre yucateca la promueven las propias autoridades, como se pudo observar en las muestras de las dependencias del gobierno estatal y del propio Ayuntamiento de Mérida.

Sin embargo, hubo municipios que sí se esmeraron por mantener la tradición lo más original posible, como el caso de Panabá, cuyo altar tenía, por ejemplo, las jícaras para las bebidas, el fogón de tres piedras y su comal, los calabazos colgados, los recipientes de veladoras elaborados con troncos de papaya, entre otros elementos. Este módulo estaba al aire libre y carecía de la tradicional casita de paja; la maestra Karina Mena Marrufo comentó que la muestra era de altares, no de casitas, con lo que, además, se evitaba cortar árboles y, al mismo tiempo, se ahorraban recursos económicos y trabajo.

Creatividad de Ayuntamientos

Asimismo, el Ayuntamiento de Progreso se caracterizó por tener en la mesa y regalar también a los visitantes alimentos elaborados con productos del mar y con guisos como “tikinxic’” de pescado y ceviche de pulpo y pescado. Probablemente fue el altar donde se formó la cola más larga de personas para obtener un platillo de comida. También fue notorio que, en lugar de rezadoras, las oraciones y el rosario se hacían por medio de un dispositivo electrónico en el que estaban grabadas previamente las plegarias.

El municipio de Acanceh también llamó la atención y no precisamente por la originalidad de su muestra, sino porque a una perrita malix negra le pintaron de blanco toda la estructura ósea, incluidos su hocico y alrededor de los ojos.

En el caso de Izamal, su representación tuvo originalidad porque la casita del altar estuvo elaborada sólo con maderas y sogas entrelazadas, que ofrecía una estructura visual única.

También el Ayuntamiento de Oxkutzcab dio muestras de creatividad, ya que además de los elementos tradicionales instalados en el altar, tenía colgado en una madera del horcón un “xux” natural o panal de abejas, desde luego sin el enjambre de insectos.

El Gobernador Vila Dosal estuvo acompañado por las titulares de las Secretarías General de Gobierno, María Fritz Sierra; de la Cultura y las Artes, Erica Beatriz Millet Corona; los directores de Cultura, Irving Berlín Villafaña, y de la Japay, Sergio Chan Lugo, así como de los diputados locales Enrique Castillo Ruz y Kathia Bolio Pinelo y del presbítero Oscar Viñas Olvera.

Los Ayuntamientos participantes fueron los de Tizimín, Peto, Ucú, Homún, Chocholá, Chicxulub Pueblo, Ticul, Tahmek, Tecoh, Temax, Chacsinkín, Cuzamá, Teabo, Oxkutzcab, Motul, Mérida, Cansahcab, Hoctún, Santa Elena, Izamal, Progreso, Acanceh, Tekax, Calotmul, Panabá, Tunkás y Chemax.

(Rafael Mis Cobá)

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