Yucatán

Los bistecazos del 'Jefe” Diego

Rafael Mis Cobá

El T’alkú de la Tía Juana

La hermosísima tía Juana, el pasado domingo, estuvo muy feliz y activa con su celular al estar enviando mensajes de felicitaciones a sus comadres Cristina Fernández y Claudia López, la primera por haber ganado las elecciones de Argentina en la fórmula que encabezó Alberto Fernández y la segunda por ser la primera mujer que ocupará la alcaldía de Bogotá, en Colombia.

Siempre atenta con los logros que alcanzan las mujeres en todo el planeta, la musa del tío Chupi estuvo de plácemes por los esfuerzos que hicieron las dos damas y poder alcanzar triunfos históricos en sus respectivos países.

Todo lo contrario sucedió con Karime Macías, la esposa de Javier Duarte, ex gobernador de Veracruz, a quien la tía Juanita la bloqueó de su lista de comadres por tener las uñas largas y transarse millonarias cantidades del erario público para luego huir al Reino Unido, donde fue detenida ayer, aunque a las pocas horas quedó libre luego de pagar una multa de 150 mil libras esterlinas, algo así como 3 millones 750 mil pesos.

Fue tanto el tiempo que estuvo la “t’int’inkí” mestiza con el chisme, vía su celular, que se quedó sin saldo y sin poderse comunicar con su cabezón sobrino, a quien había invitado a Chikindzonot para comenzar a hacer el hueco para enterrar los pibes el viernes próximo.

De todas maneras, el cabeza de “lec” viajó hasta el lindo poblado para encontrar a su amada tía y disfrutar de su embrujante aroma de “xc’anlol”, soñar estar en el paraíso al escuchar la dulzura de su voz y nutrirse a la vez de sus sabios consejos.

—Sobrino, qué bueno que llegaste para que me acompañes a las oficinas del Ayuntamiento.

—¿Tiíta, acaso eres aviadora como sucede en el Ayuntamiento de Tixkokob donde una bola de zánganos cobra sin trabajar?

—No me confundas “mejenkisín”, sólo voy a ver si me hacen un descuento en el pago de mi impuesto predial.

—Te aconsejo que le pidas asesoría a Diego Fernández.

—¿El panista barbón?

—Ese mero, tía, es bueno para los bistecazos.

—¿Es bueno para cocinar?

—No, tiíta, para los negocios turbios.

—Pero si juró por la Santísima Virgen y hasta por su “chichí” que pagaría los 971 millones de pesos que adeudaba de predial por decenas de propiedades en el municipio de Colón, Querétaro.

—Tía, ya pagó, pero sólo 12 millones, o sea, apenas el 1.3 por ciento del total que debía.

—Es una burla, sobrino, ¿y cómo le hizo?

—Sencillo, a lo que está acostumbrado, negoció con el alcalde Alejandro Ochoa, aprovechando que se entienden de maravilla porque es también panista.

—Sobrino, quienes se burlan de los mexicanos son las empresas de refrescos de cola.

—Cierto tía, un reciente informe de la Secretaría de Salud federal reveló que 98 mil 250 mexicanos fallecieron el año pasado de diabetes por consumir esas bebidas.

—“Uay”, sobrino, supe también que a esa cifra se suman cada año de 300 a 320 mil nuevos casos de diabetes.

—Pero todavía más, tiíta, el IMSS gasta 32 mil millones de pesos para tratar a esos enfermos, es decir, 87 millones de pesos diarios.

—¡Jesús!, y el reporte señala que además hay 24 millones de prediabéticos, 10 millones son ya diabéticos y sólo una cuarta parte de ellos lo sabe.

—Tía, tienes que seguir preparando tus limonadas, horchata y aguas frescas en vez de esas bebidas que dan “cho’tnac” y matan.

—Sobrino, los que también sufren y no precisamente por consumir refrescos embotellados son los habitantes de Chile.

—Está muy duro, tía, muy duro.

—¿Qué está duro “mejenkisín”?

—El asunto, tía, el problema, igual que en Bolivia, Ecuador y Haití, donde las movilizaciones sociales van en aumento.

—Sobrino, por suerte en nuestro Estado y en nuestro país estamos sin esas manifestaciones.

—Ni te creas, tía, la semana pasada Renán Barrera y su palomilla de alcaldes panistas protestaron en el Palacio Nacional.

—“Uay” sobrino, tienes razón, querían entrar a la fuerza como vándalos pero los guardias lo impidieron lanzándoles gases.

—Tía, dicen que Renán también repelió con gases.

—¿Lacrimógenos?

—No, tiíta, de frijoles, que porque antes había comido panuchos en una fonda yucateca que funciona en la Ciudad de México.