La cuarta edición de la Rodada por las Animas, en memoria de quienes han fallecido en calles y carreteras del Estado, organizada por el colectivo Ciclo Turixes, congregó anoche a más de mil ciclistas.
Minutos antes del evento, un ciclista pereció atropellado frente al Complejo de Seguridad del Estado.
El Parque de Santa Ana fue el punto de reunión de los cientos de ciclistas que adornaron sus bicicletas con calaveritas, velas y pequeños altares. Otros llevaban caritas pintadas, camisas oscuras con el esqueleto humano, así como catrinas. Hubo familias caracterizadas de muertos vivientes o zombies, jóvenes con guayaberas, chicas con hipiles, etc.
Las bicicletas, adicionadas con luces blancas, salieron de Santa Ana en medio de un operativo de seguridad que montaron la Secretaría de Seguridad Pública y la Policía Municipal, se dirigieron a la avenida Itzaes hasta llegar a la entrada Poniente del Cementerio General.
En esta ocasión la rodada cambió de ruta, al llegar al referido camposanto recorrió las calles del lugar para salir por la calle 95 y enfilar sobre la 66 hasta la Ermita.
Entre los participantes figuraron cientos de jóvenes, así como numerosos visitantes extranjeros.
En el Cementerio General, al paso de la rodada, los visitantes que participaron en las visitas guiadas hicieron pausa para observar a los ciclistas.
Exposición
De la misma manera, en el Museo de la Muerte situado en la antigua casona del cementerio, la Asociación Yucateca de Especialistas en Restauración y Conservación del Patrimonio Edificado, A.C. y la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción, inauguraron la exposición artística “Costumbres de ayer y hoy” y la muestra de altares “Recordando a nuestras ánimas”.
Bárbara Escamilla mencionó que la exposición artística estará abierta al público hasta al 30 de diciembre, de 8 de la mañana a 5 de la tarde.
El acto inaugural estuvo encabezado por el director del museo del Cementerio General, Jorge Jiménez; Bárbara Escamilla, presidenta de la AYERAC; el restaurador Jorge Delgado, así como Jorge Villalobos Herrera, de la AMIC, y la maestra Gladys Díaz Negrón.
(José Manrique)