Ecos de mi tierra

Francisco Riverón

Hernández

III

769

Viñales

Valle borracho de aurora:

La primavera es tu alcohol,

mogotes dichos al sol

con que el cielo te enamora.

Una nostalgia sonora

se va de tu valle al mío;

alguien vistió en señorío

la esmeralda de tu manto,

para que tuviera un canto

y un sueño Pinar del Río.

770

Soroa

Rincón donde la palmera

es más novia de la brisa,

en tu perenne sonrisa

no se muere Primavera.

A la esperanza viajera

le acaricias la mirada;

y en tu fiesta regalada

de orquídeas en juventud,

te cuelgas de mi laúd

al amor de una tonada.

771

Consolación del Sur

Consolación: Viejo amigo,

mi vida de verso y hombre

quisiera tener tu nombre

para el dolor que no digo.

Bordarlo sobre mi abrigo

de sol en un monograma,

con una flor y una rama

de las que vieron tu luna,

pintando a besos la cuna

de mi amor y de mi dama.

Hoy está lejos de ti

la risa con que me alegro,

lejos de Cejas del Negro

y de San Diego… y de mí.

Las rosas que le pedí

las despetala otra mano,

en vano la quiero, en vano

por donde lato más vivo;

hay algo definitivo,

irremediable y lejano.

En vano crece un anhelo

sembrado del amor mío,

tan hondo como tu río,

tan alto como tu cielo.

Un celo, no sé qué celo

nacido de mala suerte,

empezó a decir su muerte;

y ya escribo esta tristeza

y este adiós a la belleza

de lo que no pude verte.

¿Por qué se me fue tan lejos

de mi sendero de abrojos?

Sin ella sé que mis ojos

son más tristes y más viejos.

Alma herida de complejos

y vestida de fragancia,

por ella mi labio escancia

copa de un dulce licor;

porque por ella el amor

será más que la distancia.