TIZIMIN, Yucatán, 15 de noviembre.- Mientras hay mucha gente que maltrata a los animales, también existen los que los aman y dan todo por su cuidado y alimentación, tal es el caso de Daysi Alcocer Navarrete, quien hospeda en su hogar a 22 perros que rescató de las calles de distintos sectores de la ciudad. Ellos forman parte de su familia, son sus fieles guardianes, cuidan de ella y la acompañan en todos sus quehaceres del día.
Daysi es una enfermera jubilada que tiene 71 años de edad, compartió que desde hace 25 años se ha dedicado a rescatar y vivir con estos caninos: los cría, los baña e incluso platica y juega con ellos.
Narró que la calle donde actualmente vive, era pedregosa en aquel entonces, y les empezó a dejar comida en la puerta. Los perros venían de varias colonias y, cuando ella viajaba, le era muy difícil encomendar esta tarea a alguien, por lo que optó abrirles las puertas a los canes para que vivieran con ella.
Comentó que gasta 2 mil pesos al mes en su alimentación, pues compra 25 kilogramos de croquetas a la semana, además de que paga 20 pesos por perro para que los bañen cada 15 días.
“Es importante cuidar de ellos, son seres indefensos que necesitan atención, son muchos los que son abandonados, las personas sin conciencia los tiran como desechos y eso no debe pasar, ya que ellos sienten. Son mis compañeros fieles, te cuidan y demuestran su amor, no puedo llorar, se me pegan y lloran conmigo, se desesperan, entienden mucho; si vivo es por ellos, pido que llegue mi hora antes de que mueran ellos, ya que temo por lo que les suceda y quien se haga cargo de mantenerlos vivos”, puntualizó.
Indicó que cuenta con el apoyo de su sobrina, Maty Alcocer Novelo, quien la ayuda a criarlos y es la encargada cuando viaja, también, dijo que les da indicaciones a los perritos antes de partir para que se porten bien. Cuando regresa, mencionó, el alboroto de felicidad de los cánidos es inevitable y le molesta a algunos vecinos.
Ella pide comprensión, ya que no pretende hacer enojar a nadie, simplemente desea dar una vida digna a estos seres; expuso que incluso se han quejado con el municipio, que la ha visitado salubridad y teme que le quiten a sus animales y se los lleven para matarlos.
Dijo que ella se esmera en mantener lo más limpia posible su casa, que utiliza mucho cloro y constantemente recoge las heces fecales para que no emanen hedores desagradables, pero que a veces, pese a todo este esfuerzo, hay gente que sin consideración alguna demuestra que los aborrece. Este es otro de sus peores temores en la vida, pues no quiere perderlos.
Su vivienda se ubica en la calle 46-B x 61 y 63, no. 436, y hace la invitación para que, quien desee, pueda adoptar alguno, pues cada vez son más los perros que tiene en su casa, también dijo que recientemente le dejaron unos cachorros en la puerta y tuvo que hacerse cargo de ellos.
También pide la ayuda de la gente para que la apoyen (con lo que deseen) para continuar hospedando a los perritos y, sobre todo, hace un llamado para que nunca les vayan a hacer daño porque solamente quieren sobrevivir a un entorno donde los humanos los dejaron a su suerte.
(Luis Manuel Pech Sánchez)