El padre Raúl Ignacio Kemp Lozano, canónigo de la Santa Iglesia Catedral, subrayó ayer la importancia de poner orden en nuestras vidas y de pedir la intercesión de la Santísima Virgen María para lo que necesitamos.
Durante la misa que ofició ayer por la mañana en el marco de las festividades en honor de la Virgen de Nuestra Señora de Yucatán, dijo lo siguiente.
–Gracias por venir a pedir porque, ¿quién es el único que nos puede ayudar? Solamente Dios, pero con su intercesión también nos ayuda su Madre Santísima. Cuando estamos enfermos vamos con el médico, nos levantamos temprano, ayunamos, y cuando venimos a ver a la Virgen es porque tenemos necesidad de que nos ayuden. Entonces el que ustedes vengan quiere decir que venimos a pedir ayuda. Vivimos en un mundo difícil, que ha cambiado, la familia ha cambiado, la política ha cambiado, el tiempo ha cambiado, y las circunstancias en las que estamos viviendo hoy han cambiado también, porque son muy diferentes a las de hace 100 años. Entonces tenemos que adaptarnos.
El primer milagro
¿Cuál fue el primer milagro que hizo Jesús en su vida? Convirtió el contenido de 6 jarras de 100 litros de agua en 600 litros de buen vino en la boda. ¿Pero por quién? Por la intercesión de su mamá. Estaban de invitados, pero se acabó el vino y por la intercesión de la Virgen lo hizo. Posiblemente Jesús no nos escuche, pero vamos con su mamá y le decimos: Ay, tú que eres su mamá, por favor, pídeselo.
Y a las mamás, como les encanta tanto el teatro, lloran y se doblan y se enferman, y les dan ataques, pero consiguen lo que les están pidiendo si sus hijos son buenos, pues ellos les dicen: Ay mamá, ya no llores, deja de llorar –porque las mamás para llorar son buenísimas. Así que dice Jesús: Ay, mamá, ya no llores, te voy a dar lo que tú quieres.
Y es así que allá vemos la intercesión de la Virgen Santísima
Jesús vino a poner orden
Ahora, ¿qué nos pide Jesús? Orden. Para que haya paz en este mundo tiene que haber orden. No puede haber justicia sin orden. ¿Y por dónde empezamos el orden? Por nosotros. Dios no puede vivir en la basura, ¿o sí? Entonces tenemos que poner nuestra vida en orden, si no controlamos nuestros pensamientos, ellos nos controlan. Si no hay orden en la casa, ¿qué pasa? Que como está pasando ahora, cada quien llega cuando quiere, cada quien come cuando quiere. Nosotros somos la última generación decente, respetuosa. Y había orden. Somos la última generación educada, respetuosa. Entonces, si no hay orden no puede haber paz, sin orden no puede haber justicia. En una casa donde no hay orden, no hay prosperidad, comenzando con nuestra alimentación, si no comemos bien, nos enfermamos. Tenemos que tener orden en nuestra mente, orden en nuestro cuerpo. ¿Cómo queremos tener paz si no tenemos orden en nuestra mente? ¿A qué vino Jesús? A poner orden.
Todos los problemas que tenemos, ya sea personales, nacionales o familiares, son porque no hay orden. Y el orden no se impone, tengo que aceptar que necesito orden. Y la Virgen Santísima, pues por supuesto que ella es la primera que quiere que vivamos en paz, que tengamos paz, que prosperemos. ¿Pero cómo vamos a prosperar en el desorden? ¿Cómo va a vivir una familia en armonía en el desorden? ¿Cómo les podemos pedir a los hijos que vayan bien por la vida si no tienen orden?
¿Entonces qué creen que les hace falta? Orden. ¿Sí o no? Sin orden no puede haber paz ni puede haber prosperidad.
Vacuna contra la influenza
Y ustedes, ¿ya se pusieron la vacuna contra la influenza? Después de la misa yo me la voy a ir a poner. Si no se la han puesto, les puede dar esa enfermedad. Y tal vez también alguna de las enfermedades como zika, chikungunya y otras. Y si no queremos enfermarnos, pero no nos ponemos la vacuna, es porque hay un desorden. Dios es orden, tiene todo ordenado, hizo el día y la noche, a todo le puso límites. Los pájaros se duermen a la hora en que tienen que dormirse y se despiertan a la hora en que tienen que despertarse, y nosotros no. Entonces hay que hacer lo que dijo la Virgen: “Hagan lo que él les dijo”. ¿Y qué es lo que nos dijo Jesús? Pónganse en orden, ordenen sus pensamientos, sus emociones, porque si no, nos enfermamos. La salud es cara. Jesús vino a poner orden, nada más, y no puede haber justicia si no hay orden, concluyó el padre Kemp, que también es fundador y presidente de los Albergues Cottolengo y El Buen Samaritano.
(Roberto López Méndez)