Yucatán

El Nenamictilitztli o suicidio

Pilar Faller Menéndez

Lamentablemente es muy frecuente leer que, tanto en el interior del estado como en Mérida, gente joven, en su gran mayoría, cometen suicidio, lo que muchas veces es inconcebible para las familias por considerarlos personas que aparentemente no mostraban problemas y vivían normalmente, o bien, el acto ocurre después de alguna discusión fuerte con la pareja.

El Inegi ha revelado que en nuestro estado, en comparación de la tasa media nacional de suicidios que es de 5.1 por cada 100 mil, ésta dobla el número en Yucatán con 10.2, ocupando el segundo lugar de suicidios en nuestro país. ¿La razón? Probablemente los expertos en psiquiatría podrían explicar este fenómeno que día a día va en aumento entre los yucatecos.

Lo que sí sabemos es que las personas que atentan contra su vida encuentran en este acto el final de una agonía que muchas veces viven en silencio y escapan, como muchas veces decimos, por “la puerta falsa”; desgraciadamente la sociedad lo considera como un grave error que tiene una connotación moral negativa que muchos relacionan con un acto de cobardía, y la religión lo considera un pecado. Habría que ponerse en los zapatos de quien ha decidido quitarse la vida, lo que ocurre en muchos casos cuando alguien sufre de una depresión severa o no encuentra una salida a los problemas que tiene.

Si retomamos la historia de los tiempos prehispánicos encontraríamos una paradoja sobre este acto. Muchísimos años antes de la Conquista el suicidio fue considerado como un autosacrificio, que lejos de ser condenado tenía más valor, ya que solamente las personas que demostraban valentía se quitaban la vida como sacrificio a sus dioses. Esta práctica era conocida como el Nenamictiliztli. Práctica que no es compatible con nuestras creencias actuales ni está relacionada con el problema social del suicidio.

Para los nahuas y los mayas el suicidio era una forma de imitar a sus dioses y creían que la mejor manera de honrarlos era realizando los mismos sacrificios y pruebas que ellos tuvieron que enfrentar al conformar el mundo, cuando crearon el Sol y la Luna y Nanahuatzin y Tecuciztécatl se lanzaron al fuego de la hoguera sagrada con el fin de crear un Universo que lograra girar y diera inicio a la vida, por lo que el suicidio podía entenderse como una manera de preservar su propia existencia.

A pesar de que otras formas de suicidarse eran bien vistas, la más venerada y reconocida era el ahorcamiento, según se cree para emular a la Diosa Ixtab, la cual habitaba en Cincalco y esperaba con gratitud a quienes morían en su honor con el fin de entregarse a ella o bien, por los favores que la Diosa les había hecho en vida.

Se concebía como más significativo lanzarse por cuenta propia a la incertidumbre de la muerte que ser castigado por los dioses, o recibir un castigo por la ley el cual podía ser venderlo como esclavo o terminar como prisionero en las guerras. El tener la voluntad propia de entregar la vida se consideraba más audaz y venerable.

Según su condición cada muerto iba a un lugar distinto, un ejemplo de ello eran los que morían en la guerra, o aquellas mujeres que no sobrevivían al parto, lo cual los mexicas llamaban Cihuateteo. Estos muertos se dirigían a la Casa del Sol.

Aquellos que morían de muerte natural iban directamente al Mictlán, los que morían ahogados eran mandados al Tlalocan y aquellos que cometían suicidio como ofrenda a las deidades iban directamente al Cincalco o la Casa del Maíz. El suicidio debía realizarse específicamente ahorcándose.

En la actualidad la mayoría de los suicidios en Yucatán son provocados por el ahorcamiento, probablemente porque es una de las formas más efectivas para realizar su objetivo. Según estudios, entre decidir suicidarse y suicidarse pasan noventa minutos. Existen tantos motivos como individuos que se quitan la vida, el principal, es haberlo intentado alguna vez, otras personas que corren este riesgo de recurrir al suicidio son los que padecen depresión o sufren una enfermedad mental, que son otros elementos de riesgo que hay que controlar.