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Yucatán

Ariel Juárez García

“No existe evidencia histórica con autoridad referente al día o mes de nacimiento de Cristo.”

(Diccionario de historia de la Iglesia.)

Se acerca el tiempo de fiestas decembrinas y celebraciones que la mayoría de la gente lleva a cabo en estas fechas. De manera tradicional, o como es costumbre, es propicia una reunión familiar para cenar e intercambiarse regalos. En especial la noche del 24 de diciembre, víspera del día de Navidad (25 de diciembre) para muchos ha sido importante porque consideran que es la fecha que corresponde al día del nacimiento de Jesús.

La celebración de la popular Nochebuena ha sido un buen pretexto para llevar a cabo, días antes y después, una serie de prolongadas actividades festivas y jolgorio que en algunos casos quedan fuera del ámbito espiritual, porque son sólo eso, fiestas y diversión que a veces rayan en excesos y desorden sin control.

A pesar que se esperan con cierta ansiedad dichas festividades, pocos han reflexionado en el lado espiritual que Jesucristo mostró en sus enseñanzas y lo que se espera de los creyentes sinceros. Es poco el interés que se muestra en conocer la verdad acerca del nacimiento del niño Jesús.

Ante estos hechos surge la pregunta: ¿Cuándo exactamente nace Jesús, el hijo de Dios?

De hecho, la Biblia no identifica específicamente la fecha de nacimiento de nuestro Señor Jesús, pero ciertos eruditos han desarrollado diversas opiniones al respecto en respaldo del registro bíblico.

La fuente a la cual se hace necesario acudir en primer lugar es la Biblia, la Palabra de Dios. Un serio análisis desde un principio puede hacerse revisando el capítulo 19 versículos 14 a 16 del Evangelio del apóstol Juan quien registró las circunstancias en las que se le dio muerte a Jesucristo, el 14 de Nisán del año 33 de nuestra era. Después haber cumplido tres años y medio en su ministerio de predicación, el cual inició cuando tenía unos 30 años de edad, según el registro del Evangelio de Lucas capítulo 3 versículo 23, el cálculo de tiempo daría como resultado que Jesús nació a principios del otoño del año 2 antes de nuestra era (la fecha más apegada a la realidad según las Sagradas Escrituras).

Por otra parte, los santos escritos explican que Juan el Bautista, primo de Jesús, empezó su ministerio de profeta en el decimoquinto año de gobierno del emperador romano Tiberio César (Ver Evangelio de Lucas 3:1, 2). La historia confirma que Tiberio fue proclamado emperador el 15 de septiembre del año 14 E.C., por lo que su decimoquinto año iría desde finales del 28 E.C. hasta finales del 29 E.C., cuando Juan el Bautista emprendió su ministerio de predicación. Jesús inició el suyo seis meses después (Ver Evangelio de Lucas 1:24-31). Hay que tener presente que, si la Biblia dice que Jesús era “como de treinta años” (Ver Evangelio de Lucas 3:23) cuando comenzó su ministerio en el otoño del 29 E.C., entonces con los cálculos se puede deducir que el Hijo de Dios debió de nacer en el otoño del año 2 a. E.C.

En su testimonio, Tertuliano (nacido cerca del año 160 DC), declara que Augusto comenzó a gobernar 41 años antes del nacimiento de Jesús y que murió 15 años después de ese evento. Augusto murió el 19 de Agosto del año 14 de la era común, situándose entonces el nacimiento de Jesús en el año 2 Antes de nuestra era. No sólo eso, además, hace notar que Jesús nació 28 años después de la muerte de Cleopatra, en el año 30 AC, lo que es coincidente con la fecha del año 2 AC.

Acerca de este tema, Irineo, nacido aproximadamente un siglo después de Jesús, también comenta que el Señor Jesús nació en el año 41 del reinado de Augusto. Como Augusto inició su reinado en el otoño del año 43 AC, esto también apoya al año 2 AC como la fecha del nacimiento de Jesús.

Hay que reconocer, hoy día, lo mucho que se ha hecho popular la fecha decembrina relacionada con lo que se cree fue el día del nacimiento del niño Jesús. Sin embargo, vale la pena recordar que los judíos y los primeros cristianos no solían celebrar la fecha del nacimiento de las personas. Era, de hecho, algo tan poco importante, que los Evangelios de Marcos y Juan no se ocupan de esta cuestión en absoluto, y simplemente comienzan sus narraciones cuando Jesús era ya adulto.

Debido a la abundante información que está disponible en los dispositivos electrónicos acerca del nacimiento del niño Jesús, puede confirmarse que la celebración de la Nochebuena y la Navidad fueron instituidas por la Iglesia Católica de Occidente en el año 354 durante el papado de Julio I, si bien fue el emperador Justiniano en 529 quien citó y justificó ese día festivo en el calendario.

La supuesta fecha decembrina no fue seleccionada al azar sino que tiene un origen pagano, derivado del culto de Mitra (el dios del Sol de los persas durante los siglos VII y VI anterior a nuestra era), en la cual los pueblos indoeuropeos solían celebrar el solsticio de invierno, la noche más larga del año, que preanunciaba el próximo retorno del Sol tras el frío del invierno.

De esa manera, la Iglesia Católica asimiló o adoptó esa celebración tan antigua que remitía al nacimiento del Sol, haciéndola coincidente con el nacimiento de Jesús.

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