Yucatán Insólito

Roldán Peniche Barrera

La vida y su origen

Por Jorge Parra Zapata

Seguramente todos nos hemos preguntado: ¿qué es la vida? ¿Cuál es su origen? ¿Cómo es que surgen los seres vivos? Y las respuestas que obtenemos hasta nuestros días, no nos acaban de convencer, ya que tanto la ciencia como la religión, tienen sus teorías muy propias y no llegan a ponerse de acuerdo, puesto que ambas creen tener la verdad absoluta.

La religión se apoya en la fe para dar sus puntos de vista y la ciencia lo hace basándose en medios reales para demostrar cómo se dieron los hechos que originaron la vida.

Según el bioquímico ruso Alexander Oparín afirma que desde la formación del planeta Tierra.

Por su posición intermedia en el sistema planetario solar, hizo propicio que se desarrollaran ciertas sustancias, siendo lo más importante y fundamental el carbono y que gracias a esa sustancia se formó también un líquido llamado petróleo.

La combinación del carbono con el oxígeno y el nitrógeno dio lugar a que se formaran otras sustancias, lo que produjo una serie de reacciones químicas, consecuentemente al pasar millones de años, la evolución de esas sustancias dieron origen al mar y posteriormente esas sustancias tuvieron una mejor organización y se prepararon para su autorrenovación y su autorreproducción dando lugar a la formación de los primeros organismos unicelulares, las algas, las medusas y los gusanos, de esa manera continuó la evolución hasta llegar al nacimiento de los animales gigantescos ovíparos llamados dinosaurios que dominaron el planeta, pero hace 65 millones de años sucedió algo insólito al caer en el Estado de Yucatán un gigantesco aerolito de unos 15 kilómetros de longitud y unas 200 toneladas de peso, el cual se impactó en nuestro planeta a una velocidad de 30 kilómetros por segundo dando lugar a la formación de un cráter conocido como El Cráter de Chicxulub. Al caer el meteorito se sacudió todo el planeta, cambió de posición el eje terrestre y al explotar, se cubrió de polvo cósmico toda la Tierra durante muchísimos años. Lo que impidió el paso de la luz solar, acabando con la vida de todos los dinosaurios y, a partir de ese acontecimiento, Yucatán fue el punto de partida de una nueva forma de vida en nuestro planeta, la de los mamíferos, de la cual proviene el hombre.

El materialismo y el idealismo son los dos campos filosóficos que se disputan tener la razón respecto al origen de la vida, según los científicos materialistas, todos los seres vivos, desde el más insignificante, hasta el hombre, tienen algo en común que es la vida y es lo que los distingue de los eres inanimados.

Esos científicos piensan que la vida es de naturaleza material, ya que el cuerpo es simplemente material, contrariamente, los idealistas piensan que la vida es la revelación de un principio espiritual supremo e inmaterial al que denominamos alma. Consecuentemente, la materia es inerte, es decir, inanimada y sólo sirve para la formación de los seres vivos, pero éstos no pueden nacer, ni existir sin la participación del alma que es la que le da estructura, forma y armonía. Cuando el alma sale del cuerpo, éste se queda incompleto porque se convierte solamente en materia vacía, en cadáver que se pudre y se descompone.

El alma es una entidad abstracta, capaz de sentir y pensar, es una realidad sensible que no puede ser estudiada por la ciencia porque es de carácter espiritual y gracias al alma el hombre tiene instintos, emociones, pensamientos y decisiones.

Según el científico Nietzche el alma fortalece la creencia de la existencia de Dios.

El gran científico Abu Shaluk dice que el alma es un potencial electroquímico y electromagnético que permite el funcionamiento óptimo del cuerpo y la mente, se impregna en todo el cuerpo y es favorecido por lo espiritual.

Actualmente está muy de moda la inteligencia artificial, la cual ha logrado notables avances en medicina, milicia y robótica, capaz de transmitir a una máquina acciones del cerebro, pero los mismos científicos materialistas dudan dotarla de alma porque eso es algo de carácter espiritual e inmaterial.