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Yucatán

Dra. en Arq. Yolanda Fernández Martínez

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La responsabilidad de la seguridad vial en temporada navideña y la competitividad del transporte público.

Tenemos que los incidentes en la vía pública forman parte de una problemática urbana y sociocultural, que debería ser atendida de manera integral y vinculatoria. El marco jurídico debe regular para proteger las vidas y, al mismo tiempo, dar opciones y alternativas para una movilidad que hoy en día es deficiente, y por los hechos, peligrosa para los grupos más vulnerables. De igual manera, se debe profundizar sobre el tema de la educación vial, debido a que este tipo de resultados empiezan a verse con el cambio generacional. Es decir, los niños de primaria que hoy se eduquen bajo este esquema serán los adultos que dentro de 12 o 15 años se estrenen con su licencia de conducir. Por tanto, ¿qué podemos hacer como sociedad, mientras tenemos una generación completamente educada en el tema vial?

Estamos en temporada navideña y lo que debería ser motivo de alegría y paz familiar, podría convertirse en pérdidas irreparables. Es por ello que hay que prestar atención a lo que sucede en nuestras calles y carreteras. En días recientes, un motociclista perdió el control en uno de los puentes de Periférico a la altura de la colonia Plan de Ayala Sur, chocó con la barrera de contención y, lamentablemente, perdió la vida al caer al vacío desde un altura de 10 metros e impactarse en el pavimento1. Asimismo, tenemos que un ciclista falleció al ser “arrollado por un vehículo desconocido en la carretera federal Mérida- Progreso, entronque a Komchén”2. Estos hechos se suman a los muchos en que automovilistas por diversas circunstancias, entre ellas el desconocimiento de la normativa, son causantes de incidentes en la vía publica, donde también hay pérdidas humanas y materiales.

Por lo tanto, habría que tomar conciencia sobre los modos de desplazamiento que el grueso de la población utiliza y en este sentido, la motocicleta se convierte en uno de los medios de transporte más demandados. Asimismo, habría que considerar que a partir del 1 de enero del año 20203, entrará en vigor el Decreto que añade el Artículo 44 bis a la Ley de Tránsito y Vialidad del Estado de Yucatán, mediante el cual se prohíbe que viajen menores de cinco años en motocicletas de dos, tres y cuatro ruedas4.

Desde esta perspectiva, tenemos dos problemáticas relevantes para el tema de la seguridad vial en Yucatán. Primero que nada, ¿hasta qué punto está el nivel de competitividad del sistema del transporte público, al grado de que la población determine que es más seguro y eficiente trasladarse en una ruta pública, que utilizar la bicicleta, moto o hasta el automóvil?

Toda vez que ésta podría ser la gran apuesta gubernamental en materia de movilidad urbana y seguridad vial. Que, a través de indicadores duros, se propongan reducir los índices de percances de motociclistas y ciclistas, debido a que este grupo de población tuvo dos alternativas mejores: optar por el sistema de transporte público o utilizar un eficiente y seguro sistema de ciclopistas articuladas al del transporte público. Y así, con hechos y datos, demostrar que se redujo el número de incidentes en la vía pública, mediante acciones estratégicamente planeadas para el corto, mediano y largo plazos.

De igual manera, habría que ser congruente con el marco legislativo y, por tanto, el Estado debería dar alternativas de movilidad a todas esas familias que a partir del 1 de enero del próximo año se vean “inmovilizadas” por el Articulo 44 bis, y no encuentren opciones seguras y eficientes para desplazarse con sus hijos. Es decir, las dimensiones del marco jurídico y del sistema de movilidad en Yucatán deben ser socioculturalmente integrales y vinculatorias.

En segundo lugar, tenemos que la educación vial es sinónimo de responsabilidad social. La forma en que cada uno se desempeña en la vía pública refleja nuestro nivel de compromiso como parte de un gran colectivo. Cada quien, cuando sale de su casa, se integra a un sistema y a una sociedad, por tanto, todos somos responsables de lo que sucede afuera, en el espacio público, donde todos somos iguales. En este sentido, habría que trabajar desde todos los niveles y sectores de la sociedad, en una gran campaña mediante la cual, asumimos la responsabilidad de actuar conscientemente en la vía pública y ser empáticos para con los demás.

En virtud de lo anterior, tenemos que los incidentes en la vía pública forman parte de una problemática urbana y sociocultural, que debería ser atendida de manera integral y vinculatoria. El marco jurídico debe regular para proteger las vidas y, al mismo tiempo, dar opciones y alternativas para una movilidad que hoy es deficiente, y por los hechos, peligrosa para los grupos más vulnerables. De igual manera, se debe profundizar sobre el tema de la educación vial, debido a que este tipo de resultados empiezan a verse con el cambio generacional. Es decir, los niños de primaria que hoy se eduquen bajo este esquema serán los adultos que dentro de 12 o 15 años estrenen su licencia de conducir. Por tanto, ¿qué podemos hacer como sociedad, mientras tenemos una generación completamente educada en el tema vial?

1https://www.poresto.net/2019/12/19/muere-motociclista-al-caer-de-puente/

2https://www.poresto.net/2019/12/21/tragica-muerte-de-ciclista-en-la-merida-progreso/

3 http://www.congresoyucatan.gob.mx/transparencia/uploadCey/510051_04-12-2019%20DEC%20REF%20LEY%20DE%20TRANSITO%20VIALIDAD%20ART%2044%20BIS.pdf

4http://www.congresoyucatan.gob.mx/gacetaParlamentaria/index.php?page=bWludXRhc0RldGFsbGU=&id=NDU4&tipo=Mg==

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