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Yucatán

Navidad, desde un rincón de Yucatán

“Santa no va a llegar, no hay de dónde”, dijo con tristeza el niño Julio Leonel Cen Caamal de 9 años quien, como la mayoría de los niños de Yaxcabá, no recibirá otro año más un obsequio en Navidad.

Julio es nieto de la señora María Claudia Caamal Mezeta, que es ama de casa y vive en una casa de paja cubierta con lámina, donde habita con sus ocho hijos, su esposo –que es ayudante de albañil–, un hermano que tiene una discapacidad y dos nietos.

Mientras doña María se encontraba limpiando dentro del chiquero, con mucha tristeza mencionó que, como todos los años, no podrá comer pavo porque no hay dinero: “No habrá pavo, es caro y no hay de dónde, este año voy a cocinar pollo en chirmole que es para lo que nos alcanza, no hay dinero para ropa”. Cuando se le preguntó por Santa Claus, rápidamente su nieto más pequeño dijo: “Santa no va a llegar, no hay de dónde”.

“Cenaremos el pollito y a dormir, no habrá fiesta, contrabajo logramos mi familia y yo juntar dinero para criar tres cerdos que nos servirán para comprarle su vestido a mi nieta que saldrá de la primaria”, dijo doña Mari. “A todos nos gustaría una fiesta de Navidad como en la televisión, pero nosotros contrabajo sacamos para comer”, agregó.

Otro caso parecido es el del señor Carlos Renán Chi Ciau, él tiene 38 años de edad, vive en una casa de palos y paja construida sobre una laja y rodeado del monte; es acompañado por su esposa, Liberata May Collí, y sus 10 hijos –el más pequeño de 2 años y el más grande de 18 años.

Don Carlos Renán trabaja en una ranchería llamada Nueva Yaxcabá ubicada a 25 minutos, a la salida a Tahdzibichén; para llegar a su humilde vivienda se tiene que internar en un camino de terracería por más de 25 minutos, donde por partes los árboles cubren el cielo y el camino se vuelve más angosto.

“Nosotros no tenemos luz, yo vivo de la milpa, cosecho maíz, hibes y frijol; cuando salen mis hijos de la escuela ellos me ayudan y los más pequeños se quedan en mi casa con mi esposa, quien cocina en leña, comemos lo que se puede; un hermano nos invita a su casa en Non para Navidad, ahí van mis otros hermanos y nos juntamos en familia, nos vamos desde la tarde y nos regresamos el 25 en la mañana. En casa de mi hermano se junta dinero entre todos y se prepara comida, este año se hará pocchuc, se partirá piñata y se les darán unos regalitos los niños, voy allá con mi hermano porque con lo que gano no daría para hacer Navidad ni mucho menos regalos”, dijo don Carlos.

“Tenemos muchas necesidades, como la luz, la escuela de los niños están lejos y caminan bastante, ahorita hay frío y no tenemos suficientes cobijas y suéteres pa’ cubrimos, con lo que se puede nos tapamos. La Navidad es como un día cualquiera, pero por los niños, mis hermanos y yo nos organizamos para juntarnos y platicar”, finalizó don Carlos

Doña María Edalia Ruiz Ake, habitante de Yaxcabá, narró a POR ESTO!, mientras se preparaba para ir a moler su nixtamal, que, como todos los años, comerá pollo asado, ya que no cuenta con dinero para comprar un pollo; ella vive en una modesta casa de cemento acompañada de su esposo, hijas y nietos.

“La cosa está difícil, hay crisis, no hay dinero, mi esposo es campesino y una de mis hijas trabaja, pero aun así no alcanza, todo es caro. Como todos los años, no habrá pavo ni regalos para los niños, solo cenamos el pollito, platicamos un poco y a dormir”.

(Melly Manzanero)

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