Ya sea para fiestas navideñas, fin de año, celebraciones guadalupanas, patronales e incluso patrias, el uso de pirotecnia arroja daños colaterales en seres indefensos, tales como perros y gatos, así como aves y murciélagos.
El MVZ Francisco Javier Echeverría Estrada señala que perros, gatos, aves y murciélagos sufren los daños colaterales de la quema de pirotecnia para fiestas navideñas y de fin de año, sobre todo en este mes, considerando que desde el 1 de diciembre comienza la venta de bombitas entre menores de edad en tiendas y expendios de las colonias populares y fraccionamientos.
El entrevistado comentó que, para iniciar, el uso de pirotecnia debe ser regulado y no permitirse durante todo el mes de diciembre, como suele ocurrir en Yucatán.
Las afectaciones de los juegos artificiales en perros son grandes, ya que al momento del estruendo y explosión, el 50 por ciento de los canes sufren de ansiedad y malestar por la agudeza de sus sentidos, y que tengan el oído tan desarrollado hace que perciban el ruido con mayor intensidad.
Graves consecuencias
Muchos canes han sido atropellados mientras trataban de huir del ruido, se han dado casos de perros muertos por caer de un segundo piso o de los techos de las casas; y dentro de casa el riesgo es igual, ya que su corazón puede no soportar el estrés y sufrir un infarto.
Los perros suelen sentir temor y, al huir, pueden ser víctimas de accidentes o perderse. Las aves reaccionan frente a los estruendos con taquicardias que pueden provocarles la muerte; los gatos suelen correr detrás de los explosivos por simple curiosidad pudiendo ingerirlos, perder la vista o lesionarse; los insectos y otros animales pequeños poco pueden hacer para no ser dañados, la pirotecnia es para ellos un explosivo de gran tamaño.
La detonación de petardos cerca de un perro puede dañar su oído de forma irreversible. Para evitar cualquier percance se recomienda cerrar las ventanas o poner música a un volumen considerable, al igual que colocar una venda sobre su cuerpo.
La pirotecnia y las aves
El Dr. Echeverría Estrada añadió que los fuegos artificiales son una fuente importante de disturbio para las poblaciones de aves, las cuales se ven obligadas a volar sin control durante la noche hasta altitudes de varios cientos de metros, en contraste con sus rutinas de movimientos diarios más restringidos.
El estruendo de una explosión deriva en una respuesta de escape inmediato, las aves entran en un estado de “emergencia”, cuyas consecuencias a corto plazo serán más o menos severas según la especie y su historia de vida, al grado de permanecer volando hasta varias horas sin control con la alteración de su sueño y descanso.
En especies nocturnas, como las lechuzas o búhos, se interrumpe su proceso de alimentación y se genera la potencial reducción de la tasa de ingestión de alimento en los días siguientes si se ven forzados a ajustarse a un nuevo sitio de alimentación.
En los murciélagos, los estallidos producen daños en su sistema auditivo y sensorial.
Niños autistas
El entrevistado añadió que cada vez hay más estudios que documentan los impactos negativos de los fuegos artificiales sobre la salud pública por contaminación ambiental y heridas físicas que incluyen traumas auditivos y visuales, además los niños autistas son seriamente perjudicados debido a su hipersensibilidad a los estruendos.
Por otra parte, se incrementa el riesgo de incendios, como ejemplo está la fábrica de hilos de la colonia El Roble, donde unos jóvenes ocasionaron un incendio por el mal uso de la pirotecnia. Ahí hay una comisión de delito, de daño en propiedad ajena, que debe investigarse y sancionarse, ya que fue un incendio intencional.
(POR ESTO! / Redacción)