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Yucatán

Las fiestas y el medio de transporte

Ricardo Manuel Wan Moguel 1

Hace un par de meses visité Sotuta para presenciar su fiesta tradicional. Para ir a ese municipio, hay que tomar un transporte en el centro de la ciudad que te lleva directamente hacia la plaza principal de la tierra de los cocomes. El recorrido no es largo, pero en los tiempos de feria, hay largas filas para abordar el transporte colectivo. Esto debido a que muchas personas –de diferentes partes del Estado e incluso de estados vecinos– acuden a presenciar los diferentes eventos que se organizan para conmemorar a la Santísima Virgen de la Natividad. Cabe señalar que, en la actualidad, hay diversos transportes con los que te puedes trasladar a esas fiestas. De hecho, muchas personas ya cuentan con automóvil o las empresas de autobuses aumentan sus “corridas” para mover a las personas interesadas en asistir a esos eventos. No obstante, en el pasado, un medio de transporte fue esencial para que la gente acudiera a esas celebraciones: el ferrocarril.

En diversos documentos que he consultado en el Archivo General del Estado de Yucatán (AGEY), se encuentran plasmadas las solicitudes que los organizadores de las fiestas patronales hacían a los directivos de Ferrocarriles Unidos de Yucatán (FUY) para ampliar los horarios de los trenes y reducir las tarifas en los tiempos de estas celebraciones. Adicionalmente, en muchas ocasiones, se les pedía trasladar material que se usaba durante el evento: los instrumentos musicales para las orquestas de las vaquerías, las tablas para los escenarios, la ropa de los jaraneros, los alimentos para la vendimia, por mencionar algunos. Vale destacar que, generalmente, la empresa accedía a estas peticiones ya que, en tiempos de fiesta, a pesar de que se rebajaba el costo de los boletos, los ingresos de la compañía aumentaban por la cantidad de personas que se trasladaban a esos eventos.

Así sucedió en la fiesta patronal del Niño Dios que se llevó a cabo en Espita, en diciembre de 1910. Para la ocasión se organizó un programa que comenzó con la vaquería el 20 de diciembre. El 22, 23 y 24 se llevaron a cabo las corridas de toros, en las que se presentó la cuadrilla dirigida por Adolfo León “El Yucateco”. El organizador del evento, Juan Díaz, envió una carta al director interino de FUY, Joaquín González, para pedir, “como en años anteriores”, algunas concesiones para llevar a cabo el evento. Entre las solicitudes estaban que los precios del pasaje de los trenes bajaran desde el 18 de diciembre, pues en años pasados, la disminución de la tarifa se había hecho el 20, por lo que mucha gente no pudo asistir a tan magno evento. Además, pidió “pasaje libre” para trasladar a seis toros necesarios para la corrida.

El documento mencionado con anterioridad es muy breve. No encontré la respuesta de los directivos al organizador del evento, pero se podría aquilatar la información consultando otro tipo de fuentes, como la hemerografía o los estados financieros de la compañía en ese año. A pesar de ello, las palabras del organizador sugieren que era común que los encargados de la fiesta de Espita hicieran estas solicitudes a los directivos de FUY y que, además, usualmente se accedió a sus peticiones, pues el mismo espiteño menciona en las primeras letras de su carta: “Espero que la empresa contribuya, como siempre ha contribuido, a dar más realce a las fiestas del Estado”.

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