PROGRESO, Yucatán, 23 de febrero.- La pionera del masaje terapéutico Marina Castro y su hija Karen Salas Castro, dueña de la concesión, se quejaron de competencia desleal y de invasión de espacios contra Bruno Abán, porque ha estado metiendo un total desorden en la playa.
Este último es la única persona, entre todos los prestadores de servicios turísticos, que no acata los reglamentos que ha interpuesto el Ayuntamiento en la playa, para que haya orden y un avance turístico.
Ambas damas recalcaron que es un simple empleado que se las da de dueño, cuando el verdadero propietario de la concesión es Eduardo Alberto Castro Gamboa, de banana y masaje, que está engañado que Bruno es buen empleado.
En el mes de septiembre pasado se efectuó una reunión con el director de Turismo municipal, Manuel Rosado, y se llegó al acuerdo de aplicar un solo precio en masajes que es de 25 dólares la hora y 15 dólares la media hora.
El motivo de la molestia fue que entro en el área de las declarantes, se llevó a un grupo que ya estaba apalabrado, dio más barato el servicio y por menos tiempo, lo que esto es considerado como competencia desleal.
No es la primera vez que realiza esta acción dicha persona, argumentando que esta es zona federal y el municipio nada le puede hacer, pero en esta ocasión el inspector de los prestadores de servicios, Mario Canto Briceño, tomó nota de este percance y, supuestamente, será sancionado según el reglamento establecido, lo que se espera sea un castigo ejemplar.
Durante las varias salidas de su concesión, empieza a ofrecer masajes, paseos en bananas y hasta mesas con sombrillas a la orilla del mar, constante ha tenido pleitos y muchos roces con todos.
(Alfredo Canto May)